La última cubana en llevar la representación de su país al escenario de Miss Universo fue Elina Salabarría, quien participó en el prestigioso certamen el 15 de julio de 1967, en el Miami Beach Auditorium. Aquel evento marcó un momento especial para la comunidad cubana en el exilio, pues Salabarría compitió como “Miss Cuba Libre”, un título cargado de simbolismo que reflejaba el anhelo de libertad de los cubanos fuera de la isla.
A los 18 meses de edad, Elina Salabarría salió de Cuba junto a su familia, y años después tuvo la oportunidad de llevar en alto el nombre de su país bajo el título de “Miss Free Cuba”. Aunque el nombre era inusual, Salabarría lo portó con orgullo y con el objetivo de representar la voz de todos aquellos que anhelaban una Cuba libre. Su participación en Miss Universo fue vista como un acto de valentía y orgullo para los cubanos en Miami.
En una reciente entrevista, Salabarría compartió algunos detalles inéditos sobre su participación en el certamen. Reveló que, en realidad, no estaba interesada en el concurso y que fue su madre quien completó la solicitud en su nombre. Sin ninguna preparación especial y vestida con trajes confeccionados por costureras locales de Miami, se presentó en el escenario de Miss Universo. “Yo no quería ir. Eso de salir en trusa no me gustaba, siempre fui muy tímida”, confesó la exreina, hoy con 77 años, al Miami Herald.
A pesar de sus dudas iniciales, Salabarría aseguró que participar en el certamen le permitió conocerse mejor y empezar a valorar su identidad y herencia cultural. Su participación incluyó un riguroso régimen alimenticio, que consistía en ensaladas y bistecs, y una preparación emocional para representar no solo a un país, sino a una comunidad en el exilio. Este evento marcó un antes y un después en su vida, permitiéndole descubrir su fuerza y determinación.
Uno de los momentos más memorables del concurso fue cuando tuvo que desfilar con un traje típico. Para esta ocasión, Salabarría lució una bata cubana de un solo hombro, la cual obtuvo gracias a la ayuda del sacerdote Jorge Bez Chabebe, una figura respetada en la comunidad cubana en el exilio. Este sacerdote, recordado por su compromiso con los cubanos en Miami, le ayudó a encontrar la vestimenta perfecta que simbolizara su identidad y la tradición cubana.
Competir en Miss Universo no solo le permitió a Salabarría representar a su país, sino que también influyó en su vida profesional. Tras el certamen, trabajó como maestra de arte en las escuelas públicas de Miami-Dade, donde ayudó a niños inmigrantes a aprender inglés a través de sus clases. Su experiencia como Miss Cuba Libre le abrió puertas para apoyar y orientar a muchos jóvenes en su proceso de adaptación a un nuevo entorno, demostrando que el arte y la cultura pueden ser poderosas herramientas de integración.
A sus 77 años, Salabarría sigue recordando anécdotas de aquel evento que marcó su vida y la de muchos cubanos. Una de las más entrañables fue la ocasión en la que un señor cubano se acercó a la carroza donde ella desfilaba para verla de cerca y gritar: “¡Cubanaza, qué bien estamos!”. Este gesto le hizo comprender la importancia de su representación y el orgullo que despertaba en su comunidad.
Otra anécdota especial ocurrió durante un desfile, donde un grupo de personas la ovacionaba. Un joven, al ver la escena, preguntó quién era ella, y alguien le respondió: “La reina de Miami Beach”. Estos momentos fueron invaluables para Salabarría y reflejan el cariño y admiración que los cubanos le tenían a quien los representaba en el escenario internacional.
La historia de Miss Universo y Miss Cuba cambió drásticamente después de aquel año. El certamen dejó de celebrarse en la isla debido a la prohibición del régimen comunista, y la franquicia pasó a manos de organizadores en Miami, quienes la renombraron como Miss Cuba Libre. Sin embargo, este periodo fue breve, y solo se celebró por seis años, siendo Elina Salabarría la última en portar el título.
Cincuenta y siete años después, Cuba vuelve a participar en Miss Universo. Este año, gracias al esfuerzo del diseñador venezolano Julio César Cruz, quien adquirió la franquicia en abril, la isla estará representada nuevamente, esta vez por Marianela Ancheta, ganadora de Miss Universe Cuba. La historia de Elina Salabarría como Miss Cuba Libre continúa siendo un legado de orgullo para los cubanos en el exilio, marcando un capítulo único en la relación de la isla con el certamen de belleza más prestigioso del mundo.