Las parroquias de San Antonio María Claret y Santa Rosa de Lima, ubicadas en los municipios de San Antonio del Sur e Imías, en la provincia de Guantánamo, han establecido comedores de emergencia para asistir a los damnificados más vulnerables tras el paso del huracán Oscar por la región oriental de Cuba.
Cáritas, una organización internacional de la Iglesia Católica dedicada a la acción caritativa y social, anunció en su cuenta de Facebook que estas iniciativas están dirigidas a apoyar a ancianos, personas con discapacidades, niños y otros individuos en situaciones críticas.
Los servicios se llevan a cabo en las casas de animadores y miembros de la comunidad, quienes, con gran dedicación, preparan comidas en calderos sobre fuego de carbón o leña, ante la dificultad del gobierno cubano para restablecer la normalidad en estas áreas. Los platillos que ofrecen incluyen sopón criollo, ajiaco y el conocido «charangón», una mezcla de viandas, carnes, sopas vegetales y fideos, diseñado para ser nutritivo y de fácil cocción.
“Voluntarios de Cáritas en parroquias afectadas (algunos incluso que han sido perjudicados por el desastre) donan tiempo, esfuerzos, amor y más en esta obra de bien”, señaló la organización en un video compartido en YouTube.
Cáritas también destacó el trabajo solidario de las hermanas de la zona de Imías, en la diócesis de Guantánamo-Baracoa, quienes están comprometidas en ayudar a las comunidades más damnificadas por el huracán. Estas jóvenes, para trasladar donaciones, tuvieron que subirse a una grúa para cruzar un puente colapsado, demostrando su dedicación y apoyo a los afectados.