Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas de Cuba, ha abordado la creciente preocupación de la población tras el apagón total que ocurrió el 18 de octubre, que duró más de 72 horas. En declaraciones a medios oficiales, reconoció que «el sistema eléctrico tiene una situación difícil, tensa».
Afirmó que el colapso se debió a un «déficit total de combustible» y a la falta de generación distribuida, lo que dejó al país dependiendo casi exclusivamente de sus plantas termoeléctricas. Aunque actualmente el déficit es igual o mayor al que provocó el apagón, De la O Levy insistió en que las condiciones son diferentes, aunque sus argumentos sobre la situación actual no fueron del todo convincentes.
El ministro señaló que la Termoeléctrica Felton, que es crucial para el sistema, no estaba operativa y que la Carlos Manuel de Céspedes estaba averiada por el esfuerzo de sostener la carga durante la crisis anterior. Pese a las nueve plantas termoeléctricas fuera de servicio y la falta de diésel para muchos motores de generación, aseguró que hay algo de generación activa, aunque el sistema sigue débil y con un gran déficit.
De la O Levy prometió que los apagones disminuirían en los días siguientes, pero anticipó que La Habana, que normalmente sufre menos cortes, también experimentaría interrupciones. Culpa de la escasez al embargo de EE. UU. y a problemas logísticos con el combustible, sin mencionar la reducción en los envíos de Venezuela.
El déficit eléctrico ha ido en aumento desde el 22 de octubre, alcanzando cifras alarmantes en los días siguientes, lo que ha generado incertidumbre y preocupación entre los cubanos. La pregunta que muchos se hacen es qué pasaría si la Termoeléctrica Antonio Guiteras llegara a fallar, ya que su avería fue un factor crucial en el colapso anterior. Las explicaciones de De la O Levy no parecen tranquilizar a la población, que sigue temiendo una nueva crisis eléctrica.