El ministro de Energía y Minas de Cuba, Vicente De La O Levy, se pronunció recientemente sobre el estado crítico del sistema eléctrico nacional. Ante la creciente preocupación de la población y los rumores de un posible colapso total, el ministro intentó llevar algo de calma, afirmando que “las condiciones no están para que el SEN (Sistema Electroenergético Nacional) se caiga”. Sin embargo, admitió que el sistema se encuentra en un estado frágil, lo que ha generado dudas sobre la estabilidad del suministro eléctrico en los próximos días.
Según el ministro, la principal causa de esta crisis es el déficit de generación de energía, especialmente en cuanto al suministro de combustible. “El sistema está débil, hay un déficit muy grande de generación, particularmente con el combustible, pero no estamos en 0”, escribió De La O Levy en la red social X, en un intento de aclarar que, aunque el sistema no está al borde del colapso total, enfrenta una situación muy delicada.
De La O Levy también explicó que, aunque las plantas flotantes (patanas) cuentan con algo de combustible, existen problemas logísticos que dificultan su suministro continuo. Esta declaración resalta la compleja situación que enfrenta el gobierno cubano para mantener el sistema eléctrico en funcionamiento. Pese a estas dificultades, el ministro afirmó que la situación se está gestionando de la mejor manera posible, aunque la fragilidad del SEN es evidente para todos los usuarios.
Lázaro Manuel Alonso, periodista oficialista, amplió las declaraciones del ministro, asegurando que las condiciones actuales no son idénticas a las de hace unas semanas, cuando el sistema sufrió un colapso importante. No obstante, se encuentran fuera de servicio algunas de las principales termoeléctricas, incluyendo la central de Felton y unidades en Santa Cruz y Renté. Además, la planta Carlos Manuel de Céspedes en Cienfuegos está averiada, lo que complica aún más el panorama de generación de energía en la isla.
En cuanto a la disponibilidad de combustible, De La O Levy explicó que existen reservas en el país, pero el clima ha afectado el proceso de abastecimiento. Según indicó, el “estado del mar” ha impedido el atraque de embarcaciones que transportan el combustible necesario para las plantas generadoras. El funcionario aseguró que, si las condiciones mejoran, se espera una leve mejoría en el sistema hacia el fin de semana, aunque aún se prevé una afectación considerable de entre 500 y 600 MW. De esta afectación, al menos 100 MW afectarían a La Habana, mientras el resto se distribuiría entre las provincias.
En redes sociales, la población ha manifestado su frustración e indignación ante la situación. Los comentarios de usuarios en Twitter y Facebook reflejan un ambiente de desesperanza y preocupación, especialmente en la región centro-oriental del país, donde los apagones han sido más intensos y frecuentes. La falta de electricidad afecta gravemente la vida cotidiana, y muchos cubanos temen que esta situación se prolongue, generando aún más complicaciones en su día a día.
Otra crítica recurrente entre los cubanos es la aparente desigualdad en la distribución de la energía. Mientras que La Habana ha sido una de las zonas menos afectadas por los cortes, las provincias han tenido que soportar apagones diarios de larga duración. Esta disparidad ha generado cuestionamientos sobre el manejo del suministro y el criterio para priorizar determinadas áreas sobre otras.
Para este jueves, se estima que el déficit de generación eléctrica alcanzará los 1,600 MW. Según un comunicado de la Unión Eléctrica nacional, la disponibilidad será de unos 1,630 MW, con una demanda máxima de 3,150 MW, lo cual resultaría en una afectación de 1,590 MW, con especial incidencia en la región centro-oriental. Esta crisis energética en Cuba pone de relieve la necesidad urgente de soluciones estructurales y una gestión más eficiente del suministro de combustible y energía en la isla.