El jueves 17 de octubre, la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) pronosticó apagones que alcanzarían los 1,678 MW. Al día siguiente, a las 11 de la mañana, se desconectó la mayor termoeléctrica del país, la Guitera de Matanzas, provocando un colapso total del sistema electroenergético nacional (SEN) que dejó a la Isla completamente a oscuras durante tres días.
A partir de ese momento, los cubanos vivieron una pesadilla, enfrentando el caos y la angustia de estar sin electricidad en sus hogares. El país se paralizó; se suspendieron clases y actividades laborales no esenciales. Durante 72 horas, la población permaneció pendiente de la recuperación del SEN, que, a día de hoy, aún no se ha completado.
Preocupaciones por la posible corrupción de alimentos en los refrigeradores, la interrupción del abastecimiento de agua y la necesidad de recargar teléfonos celulares para mantenerse informados sobre el avance del huracán Oscar generaron una auténtica zozobra entre los ciudadanos.
Este jueves, las alarmas se volvieron a encender cuando la UNE anunció “afectaciones” cercanas a los 1,600 MW. Esta noticia fue recibida con temor, ya que muchos cubanos la interpretaron como una señal de un posible nuevo colapso del SEN.
Para agravar la situación, la Empresa Eléctrica de La Habana comunicó en sus redes sociales la necesidad de “afectar el servicio, por emergencia, a los clientes de la capital”. A pesar de que algunos residentes de la capital han experimentado menos apagones desde 2019, la crisis energética sigue presente.
Los habitantes del Bloque 2 fueron notificados sobre apagones extraordinarios de cuatro horas, de 2:00 pm a 6:00 pm. En contraste, los residentes de los Bloques 3 y 4 enfrentarían una hora más de “afectación”, de 9:00 am a 2:00 pm. Además, algunos barrios de la Habana sufrirán cortes de hasta ocho horas por “acciones de mantenimiento”.
Estas “interrupciones programadas” afectarán de 8:00 am a 4:00 pm a vecinos de diversas zonas, incluyendo La Güinera, Reparto Abel Santamaría, y otros puntos de la capital.
Este panorama, junto con los apagones pronosticados y el hecho de que nueve unidades termoeléctricas están desconectadas del SEN por averías y mantenimiento, alimenta la preocupación de los cubanos, quienes temen que la situación de la generación eléctrica en el país vuelva a deteriorarse.