Durante el impacto del huracán Oscar, dos jóvenes de Guantánamo demostraron que el verdadero heroísmo surge en los momentos más oscuros. El artista visual Daniel Ross Diéguez compartió en sus redes sociales la inspiradora historia de Henry y Freidi, quienes arriesgaron sus vidas para rescatar a varios ancianos atrapados por la inundación en San Antonio del Sur. Mientras el ciclón dejaba una estela de destrucción, estos dos muchachos se lanzaron al agua sin dudarlo, asegurándose de que sus vecinos más vulnerables estuvieran a salvo.
El huracán Oscar golpeó fuerte a Guantánamo el domingo 20 de octubre, con lluvias torrenciales y un río que rápidamente se desbordó, dejando a muchos residentes en peligro. En medio de este caos, Henry y Freidi decidieron no evacuar y permanecieron en una casa de dos pisos en San Antonio del Sur, una de las pocas construidas con placas de concreto en la zona. Desde allí, comenzaron su labor de rescate, trasladando a los ancianos hacia zonas más seguras. ¿Su motivación? El simple deseo de proteger a sus vecinos y poner la vida de otros por encima de la propia.
Los rumores de que la represa local podría colapsar solo aumentaron la tensión. Aunque estos informes resultaron ser una falsa alarma, causaron la evacuación en San Antonio del Sur y otras localidades cercanas. Sin embargo, Henry y Freidi decidieron quedarse, listos para ayudar en lo que fuera necesario. Esta decisión los llevó a rescatar a más personas y limpiar las casas de sus vecinos llenas de lodo y restos de animales, que quedaron como rastro de la inundación.
A pesar de los riesgos y de la situación difícil, Henry no perdió la esperanza de reencontrarse con su familia, a quienes había trasladado previamente a un poblado más seguro, llamado Acueducto. Pero en lugar de buscar su propio bienestar, sigue ayudando a los damnificados, incluso cuando se le puede ver tratando de reparar su moto para, en algún momento, poder ir en busca de su esposa e hija pequeña. Este espíritu solidario no ha pasado desapercibido para Ross Diéguez, quien los apoya con lo poco que tiene y está preocupado porque las provisiones solo alcanzan para dos días.
La tragedia no se ha limitado a daños materiales; muchos vecinos, en especial los ancianos, siguen padeciendo las consecuencias del huracán. Ross Diéguez lanzó un llamado urgente para quienes deseen ayudar, advirtiendo que hasta ahora, la ayuda oficial ha sido escasa y solo algunas iglesias y vecinos han contribuido con alimentos y recursos básicos.
A día de hoy, la comunidad de Guantánamo continúa recuperándose de las pérdidas. El registro oficial cuenta siete víctimas mortales, con nombres que incluyen personas de todas las edades, desde ancianos como Francisco Colombia Matos, de 92 años, hasta un niño pequeño de cinco años. Esta tragedia ha dejado una marca profunda en San Antonio del Sur, pero también ha resaltado el coraje y la solidaridad de héroes como Henry y Freidi, cuya historia de valentía permanecerá en la memoria de todos los que fueron testigos de su generosidad.
La historia de estos dos jóvenes es un recordatorio de que, incluso en los peores momentos, siempre habrá personas dispuestas a poner la vida de los demás por encima de la suya.