En un reciente episodio de su popular programa en YouTube, Alex Otaola se adentró en el tumultuoso mundo de rumores y teorías en torno a la trágica muerte de José Manuel Carvajal, conocido artísticamente como «El Tiger». Las declaraciones del influencer no solo abordaron el fenómeno viral de TikTok, sino que también pusieron en tela de juicio las narrativas en torno al crimen, revelando el lado oscuro de la especulación en la era digital.
Otaola comenzó su análisis mencionando la comunidad de TikTok, a la que describió como «el chusmerío», un espacio donde se difunden y alimentan historias sensacionalistas. «Esa gente que juraba y perjuraba que El Tiger estaba vivo, ahora tiene una nueva historia: que El Tiger fue mandado a matar desde La Habana», comentó, refiriéndose a las afirmaciones de que un tal Roberto Ferrante, un italiano implicado en el submundo del entretenimiento en Cuba, había ofrecido dinero para el asesinato.
Con un tono sarcástico, Otaola desmanteló las afirmaciones absurdas que giran en torno al caso. «Dicen que ofrecieron $10,000 para matar al Tiger. ¡$10,000! Nadie va a matar a alguien por esa cantidad. Es el pago de dos rentas del mes», señaló, sugiriendo que tales relatos eran producto de una imaginación desbordante más que de la realidad.
El influencer también se refirió a un personaje central en las teorías conspirativas, Damián Valdés Galloso, quien supuestamente había sido el ejecutor del crimen. «Se cree que Damián está escondido en Nueva York. La policía no ha conseguido que un juez firme una orden de captura porque, en el video del incidente, no se puede identificar claramente que haya sido él», explicó Otaola, resaltando la confusión que rodea al caso y la incapacidad de las autoridades para actuar.
La vorágine de rumores no solo afecta a los implicados en el caso, sino también a otros personajes públicos. Otaola mencionó a Santi Ogbetua, quien, según las versiones circulantes, habría estado involucrado en el crimen de alguna manera. «Santi Ogbetua vino en una lancha para sacar dinero del banco y llevarlo a Cuba», indicó Otaola, quien enfatizó que las historias sobre el vínculo de Santi Ogbetua con el asesinato eran completamente infundadas.
En un giro a su línea, Otaola abordó el fenómeno del «pandillerismo virtual». «Mientras más pintoresco y esquizofrénico sea, más gente va a compartir tu historia», dijo, criticando la forma en que las narrativas se distorsionan y se vuelven virales. «Nada de lo que están regando está ayudando a la investigación. Ninguno de los dolidos por El Tiger está aportando absolutamente nada», lamentó.
El influencer hizo un llamado a la razón y la calma. «Esperen el resultado de la investigación. Aprendan a confiar en las autoridades, que sí cometen errores, pero es el mejor sistema de justicia del mundo», insistió. En un contexto donde las redes sociales pueden difundir desinformación rápidamente, Otaola abogó por un enfoque más racional y menos propenso a la especulación.
El programa también hizo eco de reacciones de otros personajes, como el reguetonero Ja Rulay, quien desmintió cualquier relación con el caso y expresó su frustración por las amenazas que recibía. Otaola se rió de la situación, insinuando que el cantante y otros estaban tratando de capitalizar el drama. «¿Ja Rulay, que no tiene visa para venir a Estados Unidos, tiene abogados listos? Es ridículo», comentó, burlándose de las acusaciones infundadas que giran en torno a su figura.
La conclusión de Otaola fue clara: el mundo digital está repleto de historias extravagantes que a menudo se convierten en la única versión de los hechos, obstruyendo la verdad. «Es como que se siente un comediante aburrido a mirar para el techo y dice: voy a inventar que El Tiger fue asesinado porque pertenecía a una pandilla», manifestó, enfatizando lo absurdas que pueden ser algunas narrativas.
Otaola cerró su intervención recordando a su audiencia la importancia de discernir entre la realidad y la ficción. «Es una mentira tras otra, y es un grupo de gente que tendría que ponerse a escribir guiones de cine en vez de perder su tiempo en TikTok», concluyó, subrayando la responsabilidad que todos tienen al compartir información.