En un contexto lleno de incertidumbre y rumores sobre su estado de salud, Raúl Castro volvió a aparecer en el escenario político cubano. Esta vez, el expresidente y líder histórico del Partido Comunista de Cuba (PCC) se reunió con el alto dirigente comunista chino, Li Shulei. La noticia sorprendió a muchos, especialmente por la creciente especulación sobre su delicado estado de salud, lo que hizo que esta aparición pública tuviera un gran eco en la opinión pública y en los medios oficiales del régimen cubano.
A finales de septiembre, Castro también fue visto junto al presidente de Vietnam, To Lam, lo que había generado una oleada de rumores sobre su situación médica. Sin embargo, la reaparición de Raúl Castro junto a Li Shulei, miembro del Buró Político del Partido Comunista de China y jefe del Departamento de Propaganda, reafirma su papel, aunque más limitado, en la política cubana. El encuentro tuvo lugar en La Habana, mientras el actual mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, enfrentaba la crisis provocada por el huracán Oscar en la región oriental de la isla.
El dirigente chino, Li Shulei, llegó a Cuba como parte de una visita oficial para participar en el VI Seminario Teórico entre ambos partidos comunistas. Este evento, que ha servido para consolidar las relaciones históricas entre Cuba y China, fue el escenario perfecto para la reaparición de Castro. Según un comunicado replicado por el portal oficialista Cubadebate, durante el encuentro, ambos dirigentes dialogaron sobre “el excelente estado de las relaciones entre los partidos comunistas de ambos países”. Destacaron, además, la importancia de los seminarios teóricos como espacios de intercambio de experiencias en la construcción del socialismo, un tema recurrente en las conversaciones bilaterales entre los dos países.
La presencia de Raúl Castro sigue siendo notable, pero es evidente que sus apariciones públicas se han vuelto cada vez más esporádicas. Estas apariciones, generalmente limitadas a recibir a altos dirigentes de países con vínculos históricos con Cuba, generan gran expectación, especialmente cuando hay rumores sobre su estado de salud. Aunque se mantiene alejado de las decisiones cotidianas del gobierno, su figura continúa siendo simbólica para el régimen, y su participación en eventos diplomáticos como este refuerza la imagen de continuidad del legado comunista en Cuba.
Mientras tanto, Díaz-Canel se desplazó a la provincia de Guantánamo, una de las más afectadas por las inundaciones que dejó el paso del huracán Oscar. En este territorio oriental, se reportaron al menos siete muertes y varias áreas quedaron incomunicadas. Durante su visita, el mandatario enfrentó duras críticas de la población, que denunció que el gobierno los abandonó durante la emergencia y que no cuentan con agua potable. Esta situación refleja la profunda crisis que atraviesa el país, agravada por desastres naturales y una gestión gubernamental que muchos consideran ineficiente.