Miguel Díaz-Canel calificó de “borrachos” e “indecentes” a los cubanos que han salido a protestar durante la emergencia energética por los apagones y el colapso del sistema electroenergético nacional (SEN). Sus comentarios se dieron en una reciente comparecencia en el Consejo de Defensa Nacional (CDN), donde adoptó una postura amenazante, prometiendo reprimir a quienes se manifiesten.
“Lo único que contrasta con esta determinación de unidad de nuestro pueblo… son algunas personas, un mínimo de personas, la mayoría en estado de embriaguez”, afirmó el mandatario, refiriéndose a las protestas que estallaron el sábado, tras la segunda jornada de apagones totales desde el colapso del SEN.
El régimen cubano ha mantenido una constante voluntad de denigrar a los ciudadanos que ejercen su derecho a la libertad de expresión, un enfoque que resulta aún más doloroso en momentos críticos. La respuesta del gobierno ante el clamor popular refleja su incapacidad y desdén hacia las consecuencias de su mala gestión.
La estrategia de descalificación se ha replicado entre otros líderes del gobierno. El ministro de Energía y Minas, Vicente La O Levy, supuestamente utilizó términos similares para referirse a los manifestantes, aunque esta información no ha sido confirmada debido a la opacidad informativa del Centro de Prensa Internacional de la cancillería cubana.
La narrativa del gobierno busca dividir a la población, señalando a los manifestantes como “no parte del pueblo cubano”, con el fin de amedrentar y advertir que no dudarán en reprimir cualquier acto de disidencia. “Hay toda la disposición… para dar respuesta a la población… siempre que se haga de manera civilizada y organizada”, aseguró Díaz-Canel, reiterando su postura de cero tolerancia a los disturbios.
Lejos de calmar los ánimos, las declaraciones del presidente solo han exacerbado el descontento entre los cubanos, quienes perciben una creciente incapacidad en sus gobernantes, así como un uso habitual de la amenaza y la violencia para mantenerse en el poder.
Este no es un incidente aislado. En agosto de 2022, Díaz-Canel ya había utilizado el mismo término para referirse a quienes protestaban por los apagones, acusándolos de actuar en beneficio de los “enemigos de la revolución” y de comportarse de manera “indecente”.
Las reiteradas descalificaciones y amenazas del gobierno solo sirven para evidenciar su falta de conexión con la realidad de la población, que sigue padeciendo las consecuencias de una crisis energética prolongada y la ineficiencia de sus líderes.