En medio de los constantes apagones que asolan Cuba, los actos de solidaridad surgen como una chispa de esperanza. Un ejemplo notable es el restaurante privado «Ley Seca», ubicado en el corazón de La Habana Vieja, que decidió regalar carne y pescado a sus vecinos ante la amenaza de que los alimentos se echaran a perder debido a la baja refrigeración causada por el apagón general. Este gesto no solo revela la gravedad de la crisis energética, sino también la capacidad de los cubanos de unirse en momentos de necesidad.
Este lunes, desde la cuenta de Instagram del famoso restaurante, se compartió un video que documenta cómo el propietario del «Ley Seca» decidió actuar rápidamente y entregar los alimentos sobrantes a la comunidad. El restaurante, conocido por su excelente comida, no dudó en abrir sus puertas para repartir lo que quedaba de pescado, pollo y carne entre sus vecinos, quienes estaban igualmente afectados por el apagón.
En el video, el dueño del restaurante explica su decisión: «No se me va a echar a perder la comida. Se la tienen que comer ustedes. Pasen por aquí y les daré todo lo que me quede, un pedacito de jamón, queso, pollo, pescado, lo que sea. No quiero perder. Quiero que lo aprovechen ustedes.» Estas palabras reflejan tanto la preocupación por la pérdida de los alimentos como el deseo de ayudar a quienes no tienen recursos para mantener sus productos refrigerados durante las fallas de electricidad.
El objetivo del propietario era claro: evitar el desperdicio de comida y asegurar que los alimentos fueran aprovechados antes de que se dañaran. Mientras entregaba los alimentos, el propietario se dirigió a unos niños que pasaban frente al restaurante y les dijo: «Mira, para que le lleves a la pura y coman hoy en casa.» Esta escena conmovedora fue solo uno de los múltiples momentos que reflejan la generosidad de la iniciativa.
A pesar de la gratitud de los vecinos, muchos se encontraron con otro problema: ¿cómo cocinar los alimentos si además del apagón no hay gas? La situación en La Habana Vieja es crítica, y algunos cubanos, aunque agradecidos por los alimentos recibidos, enfrentan dificultades para cocinarlos debido a la falta de servicios básicos.
Mientras tanto, otras mipymes en Cuba han optado por bajar el precio de sus productos congelados para que los ciudadanos puedan adquirirlos antes de que se dañen por la falta de refrigeración. Sin embargo, a diferencia de estas iniciativas privadas, las instituciones estatales no han tomado medidas similares. En tiendas que venden productos en MLC, los precios no se han ajustado, y es probable que toneladas de comida se desperdicien en medio de una crisis energética y alimentaria sin precedentes.
Este acto de solidaridad, por parte del restaurante «Ley Seca», no solo evidencia la gravedad de la situación en Cuba, sino también la falta de respuesta por parte de las instituciones gubernamentales en un momento de necesidad urgente. La comunidad cubana sigue demostrando su fortaleza, apoyándose entre sí en medio de la adversidad.
