En medio de la escasez, la inventiva del cubano florece: Transforman máquina de coser Singer en hornilla de carbón

Redacción

En medio de la grave crisis energética que enfrenta Cuba, donde los apagones pueden durar hasta 12 horas diarias, ha surgido una ingeniosa adaptación que ha capturado la atención en redes sociales: la transformación de una máquina de coser marca Singer en una hornilla de carbón.

Abel Rodríguez, el autor de esta publicación que se volvió viral, compartió una imagen del invento en un grupo de Facebook del poblado espirituano de Guayos, describiéndolo con ironía como un “fogón de carbón marca Singer con tecnología socialista”.

Este ingenio cubano, conocido por su capacidad de adaptación ante adversidades, ha sorprendido nuevamente en un contexto donde la supervivencia diaria se complica por la falta de electricidad. La máquina de coser, utilizada durante años por muchas mujeres en la isla, ha encontrado una nueva vida como herramienta de cocina.

Los comentarios en Facebook reflejan tanto humor como tristeza por la situación actual. Un usuario comentó: “Más que risa, da mucha tristeza, aunque el ingenio cubano no tiene límites. Somos monstruos en supervivencia”. Otro añadió irónicamente: “Muy buena esa tecnología, somos la envidia del mundo, y que no se entere el bloqueo, porque enseguida nos copian la idea”.

Este tipo de inventos se suma al resurgimiento de las hornillas de carbón, que fueron populares durante el “Período Especial” en la década de los 90, cuando la crisis económica llevó a la búsqueda de alternativas para cocinar. Actualmente, en provincias como Las Tunas y Camagüey, estas hornillas se venden entre 1,200 y 2,500 pesos cubanos, un costo equivalente al salario mínimo en el país.

Ante las quejas de las familias por la falta de medios para cocinar, el régimen ha comenzado a distribuir carbón en algunas provincias, especialmente en las zonas orientales, donde esta solución ha sido clave para enfrentar la crisis.

Mientras tanto, los apagones en la isla continúan afectando a más de 1,000 MW diarios, lo que representa una tercera parte de la demanda nacional. En este contexto, el ingenio y la creatividad se han convertido en herramientas de supervivencia indispensables.