Azúcar… tan cara como una libra de carne de res en el mercado informal en Cuba

Redacción

En los últimos meses, Yaíma Maineira, una emprendedora dedicada a la elaboración de pasteles por encargo, se ha visto forzada a incrementar el precio de sus productos a más del doble. Esta decisión se debe a los elevados costos de azúcar en el mercado informal. Para racionar la escasa cantidad de azúcar que logra obtener, ha optado por endulzar sus panetelas con leche condensada y cobertura de chocolate en lugar de merengue, lo que ha llevado a que sus precios lleguen hasta 2,000 pesos.

“Antes se vendían a diario, pero ahora solo los hago por encargo y exijo pago anticipado, ya que he tenido que consumir algunos por el alto precio que muchos no pueden afrontar”, explica. Yaíma menciona que muchos negocios similares han cerrado, no solo por la falta de huevos, sino principalmente por la escasez de azúcar. Un reportaje reciente de 14ymedio confirma que varias dulcerías en la capital han cesado operaciones porque “las cuentas no dan”, y sus dueños prefieren liquidarlas en lugar de enfrentar gastos exorbitantes por el azúcar.

Actualmente, cada libra de azúcar “a granel” puede costar más de 500 pesos en La Habana, mientras que los paquetes de azúcar importada se venden a casi 1,000 pesos en micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Los comerciantes se abastecen a través de terceros que la obtienen de la Zona de Desarrollo del Mariel. Según publicaciones en grupos de Facebook, el precio de azúcar de primera mano varía entre 0.98 dólares (USD) por kilogramo (azúcar brasileña) y 36,500 pesos por un saco de 50 kilos proveniente de Guatemala.

A pesar de los altos precios, muchas familias están dispuestas a pagar lo que sea necesario por el azúcar, especialmente aquellas con hijos en edad escolar. Yuleisy, una madre de Santa Clara, se ha visto obligada a comprar refrescos instantáneos para endulzar la leche de sus hijos, aunque sabe que estos productos pueden ser perjudiciales para la salud. “Es duro pensar que, resolviendo un problema de alimentación, estoy creando uno peor, pero no tengo otra opción”.

El medio oficial Cubadebate reportó el año pasado que la zafra 2021-2022 fue la más baja en más de un siglo, debido a la obsolescencia de la industria azucarera y la falta de recursos para su mantenimiento. Esto ha llevado a una escasez en la venta normada de azúcar a través de la libreta de abastecimiento.

Cuba, que históricamente fue uno de los principales productores de azúcar del mundo, ha visto un cambio drástico en su situación. Pedro Pablo, un anciano vendedor de azúcar, comenta: “Antes regalábamos azúcar y ahora ni para endulzar el café. La gente le está echando miel”. Los postres caseros, que antes eran accesibles, han incrementado de precio de forma alarmante; por ejemplo, una barra fina de maní ha pasado de cinco pesos a 200 CUP o más.

La escasez de azúcar también ha afectado a los establecimientos estatales que venden café, muchos de los cuales han tenido que racionar el producto. En algunas cafeterías y hoteles, se han reemplazado los paquetes de azúcar por miel o edulcorantes, lo que ha generado descontento entre los clientes.

Además, las estafas han proliferado en este contexto. Raiza Medida, afectada por un timo, advierte sobre la precaución al comprar en redes: “Encargué una panetela con merengue y cuando la probamos no tenía dulce en el biscocho, sabía a bicarbonato”.

Algunos establecimientos de repostería han logrado conseguir azúcar a través de medios no especificados, a veces de los mismos centrales que todavía están en funcionamiento. En el último año, se han reportado decomisos de cargas de azúcar, incluso a viajeros que intentaban llevarlo a otras partes del país. Una dulcera anónima de Santa Clara señala: “No le pregunto de dónde la sacó, ni me interesa. Lo mío es tener azúcar para mantener mi negocio”.