La inseguridad sigue haciendo de las suyas en Cuba, esta vez en una feria organizada en el municipio Playa, La Habana, donde una vendedora fue víctima de un robo en plena luz del día. Un ladrón, que había estado acechando a la comerciante, vio la oportunidad perfecta y no dudó en arrebatarle un bolso con 93 mil pesos cubanos (CUP), un teléfono celular y otras pertenencias personales. Este tipo de incidentes se está volviendo cada vez más común en la capital cubana, alimentando el temor y la desconfianza en la población.
El robo ocurrió a plena vista en una esquina transitada
El ladrón no esperó mucho para actuar. Tras analizar a su víctima, salió corriendo por una de las esquinas del parque ubicado en 72 y 13, en Playa, llevándose el botín en cuestión de segundos. La noticia fue difundida a través de la página de Facebook “El Cubano Fiel”, un medio vinculado al Ministerio del Interior, y pronto se hizo viral. La rapidez del suceso, sumada a la cantidad de dinero robada, dejó a los presentes en shock, generando alarma entre los asistentes a la feria.
La reacción rápida de la policía fue clave
Afortunadamente, los gritos de auxilio de la vendedora y la rápida movilización de los asistentes llamaron la atención de la policía, que no tardó en actuar. Tras una breve pero intensa persecución, las autoridades lograron capturar al delincuente y recuperar la totalidad de los bienes robados. Sin embargo, este suceso solo pone en evidencia el creciente problema de la inseguridad en Cuba. Aunque en este caso se recuperó el dinero, la realidad es que cada vez más cubanos viven con el miedo constante de ser víctimas de robos similares.
Robos en aumento en La Habana: un problema sin solución a la vista
El robo en la feria no es un caso aislado. En las últimas semanas, la prensa oficialista ha reportado varios incidentes similares. Hace poco, el periódico Cubano reveló el asalto a una pareja en Alamar, donde el ladrón, que había contactado a sus víctimas a través de redes sociales, los despojó de más de un millón de CUP, joyas y teléfonos móviles. A pesar de que una de las víctimas intentó defenderse, el delincuente la hirió antes de escapar con el botín.
Las penas severas no disuaden a los delincuentes
Aunque el ladrón de Alamar fue identificado y arrestado, la realidad es que el aumento de los robos sigue siendo preocupante. Este asaltante, que podría enfrentarse a una pena de hasta 30 años de cárcel, es solo un ejemplo de cómo las severas sentencias no han logrado frenar la ola de delitos en Cuba. De hecho, muchos delincuentes parecen más dispuestos a arriesgarse, sabiendo que, en la cárcel, al menos no tendrán que preocuparse por la alimentación o el alojamiento, en contraste con la dura realidad económica fuera de los muros.
El caso de los cilindros de gas: otro robo frustrado
En otro intento de robo, un grupo de desconocidos trató de sustraer cilindros de gas licuado en el municipio La Lisa. Aprovechando el mal clima, los ladrones intentaron ingresar al punto de venta de CUPET, pero fueron frustrados gracias a la rápida intervención de los vecinos y la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Aunque no se llevaron nada, este incidente es otro ejemplo de cómo los robos están afectando tanto a las zonas residenciales como comerciales en la capital cubana.