En un país ya sin centrales, ahora el régimen cubano insiste en recuperar la siembra de caña y la producción de azúcar como un pilar de su economía

Redacción

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El régimen cubano sigue atrapado en un ciclo de ineficiencia y ha renovado su llamado a reactivar la siembra de caña y la producción de alimentos en los centrales azucareros, utilizando el lema de aprovechar las tierras fértiles de la isla.

En la III Conferencia del Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros (SNTA), Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de la República y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, enfatizó la necesidad de impulsar la próxima zafra azucarera con “responsabilidad y racionalidad”, a pesar de las limitaciones de recursos.

Inversiones Necesarias

Durante su intervención, Valdés Mesa reconoció que el sector agrícola requiere inversiones significativas para mejorar sus rendimientos. Aun así, destacó algunas experiencias positivas en cooperativas y unidades de producción agropecuaria, aunque estas siguen siendo minoritarias. Criticó que algunas de estas agrupaciones no logran garantizar alimentos para sus propios trabajadores, algo que considera inaceptable en un sector crucial para la economía nacional.

Alternativas Productivas

El vicepresidente subrayó que los trabajadores azucareros no pueden depender únicamente de la siembra de caña, que dura entre tres y cuatro meses. Deben explorar alternativas productivas durante el resto del año. Además, reiteró la importancia de la labor político-ideológica en tiempos de dificultades económicas, que él atribuyó en gran medida al bloqueo estadounidense, un argumento recurrente en su discurso.

Como era de esperarse, los asistentes aprobaron cada propuesta, aunque conscientes de que el “sí” se ha repetido en múltiples ocasiones sin resultados palpables.

Un Sector en Crisis

Cabe recordar que la zafra 2022-2023 fue la peor en más de un siglo, con solo 350,000 toneladas de azúcar producidas, comparadas con las 300,000 toneladas que se cosecharon en 1898, en medio de la Guerra de Independencia. De las 455,198 toneladas que el régimen esperaba producir, se alcanzó solo el 77% de lo planificado, lo que evidencia un drástico retroceso en un sector que alguna vez posicionó a Cuba como uno de los principales exportadores de azúcar del mundo.

Consecuencias para la Población

El desenlace de esta situación afecta directamente al pueblo cubano. La libra de azúcar ha llegado a comercializarse a 500 pesos, reflejando la escasez de este producto básico, esencial en todos los hogares de la isla. La ineficiencia del régimen en la gestión de los recursos agrícolas continúa generando un impacto profundo en la vida cotidiana de los ciudadanos cubanos.