Así se produce el «calambuco», el ron clandestino que se vende en el mercado negro al Oriente de Cuba

Redacción

En el oriente de Cuba, la elaboración de alcohol de forma clandestina se ha convertido en una práctica común, especialmente en regiones como Baracoa, en Guantánamo. Este destilado, conocido localmente como «calambuco», se elabora en condiciones improvisadas y representa una fuente de ingreso y esparcimiento para muchas familias.

Proceso de Elaboración

La producción de calambuco comienza con la fermentación del huarapo, un jugo extraído de la caña de azúcar. Este líquido se deposita en recipientes donde fermenta durante un período determinado. Una vez finalizado este proceso, se transfiere a barriles que, en conjunto, pueden almacenar hasta 40 litros de bebida.

Posteriormente, el líquido fermentado se envía a un tanque destinado a la destilación. Aquí, se utiliza un método de evaporación y condensación. La mezcla se calienta, permitiendo que los vapores de alcohol se eleven. Estos gases se enfrían a través de una manguera que conduce al exterior, donde se condensan y se transforman nuevamente en líquido. Este destilado se recoge en recipientes, listo para ser almacenado y comercializado.

Una Realidad en el Mercado Negro

El calambuco se vende en el mercado negro a precios que oscilan entre 350 y 420 pesos la botella, lo que lo convierte en una opción accesible para muchos. A pesar de su producción ilegal, su demanda es alta debido a su notable contenido alcohólico, que supera los 40 grados. Este destilado se ha convertido en una alternativa popular en un contexto donde las opciones legales son limitadas.

Impacto en la Comunidad

La fabricación y venta de calambuco no solo representa un sustento económico para muchas familias, sino que también se ha arraigado en la cultura local como una forma de socializar y celebrar. Sin embargo, esta actividad también plantea desafíos, ya que la producción clandestina puede conllevar riesgos, tanto en términos de seguridad como de salud.

A pesar de estas preocupaciones, el alcohol clandestino sigue siendo parte de la vida diaria en el oriente de Cuba. Para muchos, el calambuco es más que una bebida; es un símbolo de resistencia y adaptabilidad en tiempos difíciles.

En un país donde las dificultades económicas son constantes, el calambuco refleja la ingeniosidad y la necesidad de las comunidades, manteniendo viva una tradición que ha persistido a lo largo de los años.