El diario La Voz del Sur recoge declaraciones de Mayte Martín, una reconocida cantante, compositora y cantaora de flamenco, quien expresó su dolor y frustración tras lo sucedido con Omara Portuondo en Barcelona. A través de sus redes sociales, Mayte compartió su visión sobre el trato que recibió la icónica artista tras desmayarse durante un concierto en el Palau de la Música.
“Dolor” e “impotencia” son las palabras que utilizó Mayte para describir sus sentimientos al ver lo ocurrido. La cantante de 93 años, a través de su hijo, anunció su retirada de los escenarios, lo que generó suspicacias sobre los intereses del Ministerio de Cultura y su relación con la Orquesta Faílde.
Mayte también se pronunció sobre la reciente muerte de Marta Valdés, manifestando en redes: “no puedo más con este día y con este mundo”, lo que podría reflejar su descontento no solo por la pérdida de la bolerista, sino también por la situación de Omara.
En su publicación, Martín denuncia lo que considera una falta de ética y dignidad hacia una persona enferma y vulnerable, exponiendo a una figura tan emblemática a una situación denigrante. “Anoche fui testigo de uno de los momentos más tristes de mi vida. Presencié la deshumanización de esta sociedad que antepone los intereses económicos a cualquier principio”, afirmó.
Describió cómo, mientras distraían al público, sacaron “en volandas y en oscuro” a Omara, quien quedó inmóvil y sin control sobre su cuerpo. “Omara apenas pudo cantar cuatro pasajes de un tema y hacía gestos de negación cada vez que un miembro de la orquesta le acercaba el micrófono”, relató.
Mayte se levantó y gritó que la dejaran descansar en paz. “¡No puede cantar! ¡Abusadores!”, exclamó. Luego recordó su interacción con un miembro de la orquesta, quien insistió en que Omara estaba allí porque quería, alegando que “quiere morirse en un escenario”.
“Lástima que no le oí y no pude responderle. Por supuesto que quiere morir en un escenario, como todos los que vivimos para cantar, pero consciente de dónde está y de lo que hace. No enferma y manipulada como una muñeca”, concluyó Martín.
