La crisis del transporte en Cuba sigue empeorando día tras día, haciendo la vida cada vez más difícil para los ciudadanos. Esta situación ha generado indignación entre la población, que debe soportar largos tiempos de espera, escasez de vehículos y, en algunos casos, pagar precios desorbitados para poder llegar a sus destinos. Un ejemplo reciente de esta realidad fue denunciado en redes sociales, donde una cubana calificó de «robo» el hecho de que un chofer le cobrara 1 mil pesos por un viaje desde Alamar, La Habana, hasta Matanzas.
La denunciante, Omara Suárez Santana, expresó su frustración y enojo en su cuenta de Facebook, revelando que el conductor de un carro estatal le pidió esa exorbitante suma para llevarla a su destino. Suárez calificó el acto como un abuso, señalando que este tipo de vehículos utilizan gasolina provista por el régimen, lo que debería evitar que los costos del servicio sean tan elevados. Este tipo de situaciones, lamentablemente, se están volviendo más comunes en la Isla, a medida que la crisis del transporte se agrava.
Lo más indignante para Suárez fue que el chofer aparentemente usó el carro estatal para fines personales, lo que aumenta la percepción de injusticia en su caso. Según ella, el traslado ocurrió un domingo, un día en el que, supuestamente, el conductor estaba fuera de su horario laboral y utilizaba el vehículo para sus propios asuntos. «A mí que nadie me diga nada, los primeros estafadores son los choferes del estado que abusan de la población», denunció la cubana en su publicación, subrayando el problema de fondo: la falta de regulación y control sobre el uso de los recursos estatales.
La crisis de transporte en Cuba no es nueva, pero se ha profundizado en los últimos años debido a la mala gestión del gobierno y el deterioro de la infraestructura del país. La falta de buses, la escasez de combustible y el mal estado de las carreteras obligan a los ciudadanos a buscar alternativas que muchas veces resultan ser demasiado caras. Esto es especialmente evidente los fines de semana, cuando, según Suárez, los choferes de vehículos estatales aprovechan para hacer traslados privados a precios excesivos.
Este caso no es aislado. La precariedad del transporte en Cuba afecta a millones de personas que deben ingeniárselas para movilizarse. Ya sea en camiones particulares, bicitaxis o incluso a pie, los cubanos enfrentan un sistema de transporte que parece haberse detenido en el tiempo, resultado del fracasado modelo comunista que se ha mantenido durante décadas. Mientras el gobierno sigue sin ofrecer soluciones concretas, la gente de a pie sufre las consecuencias de una economía paralizada, donde incluso algo tan básico como moverse de un lugar a otro se ha vuelto un lujo inalcanzable para muchos.
La publicación de Omara Suárez, acompañada de fotos del vehículo involucrado, ha generado una ola de comentarios en redes sociales, donde muchos cubanos comparten experiencias similares. La situación se vuelve cada vez más insostenible, y con el pasar de los días, el transporte en Cuba se convierte en otro símbolo de la profunda crisis que enfrenta el país.