Cuba en Crisis: Díaz-Canel rechaza ayuda de EE.UU. tras huracán Oscar

Redacción

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En medio de la peor crisis energética que ha vivido Cuba en décadas y tras el devastador paso del huracán Oscar, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez ha rechazado abiertamente la ayuda ofrecida por el gobierno de Estados Unidos. En lugar de aceptar el apoyo para aliviar la situación del pueblo cubano, el mandatario ha lanzado un desafío directo a la Administración Biden, exigiendo el levantamiento del embargo económico, conocido en la Isla como “bloqueo”.

“Unos 41 países y varios organismos internacionales se han solidarizado con Cuba, que enfrenta los impactos simultáneos de un ciclón y una emergencia energética, con admirable resiliencia. Estados Unidos declara que no le hemos pedido nada. Aquí está nuestra demanda: Tumba El Bloqueo”, expresó Díaz-Canel a través de sus redes sociales, evidenciando su postura intransigente.

Este mensaje, aunque enfatiza la solidaridad internacional, se centra principalmente en criticar a Estados Unidos y su política hacia Cuba. Para Díaz-Canel, el embargo económico sigue siendo la razón fundamental de los males que aquejan a la Isla, a pesar de que muchos analistas señalan la mala gestión interna como el verdadero motor detrás de la crisis actual. Apagones masivos, falta de combustible, escasez de alimentos y la paralización de sectores clave son solo algunos de los problemas que los cubanos enfrentan diariamente debido a una política económica que ha demostrado ser ineficiente.

La situación se vuelve aún más crítica en las provincias orientales del país, donde el huracán Oscar dejó un rastro de destrucción. En Guantánamo, las autoridades confirmaron la muerte de siete personas, mientras que algunas localidades permanecen incomunicadas. Con la falta de energía y las dificultades para acceder a recursos básicos, la situación en esta región es especialmente preocupante.

Para Díaz-Canel, sin embargo, la culpa de estos problemas sigue recayendo en el embargo de Estados Unidos, conocido como “bloqueo”. A pesar de la evidente crisis interna, el mandatario ha optado por mantener su discurso desafiante. Mientras tanto, desde Washington, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, expresó su preocupación por la situación humanitaria en Cuba. “Nos preocupa el posible impacto humanitario sobre el pueblo cubano”, afirmó Jean-Pierre, destacando que la prolongada mala gestión económica del país ha agravado la crisis. Sin embargo, el gobierno estadounidense dejó claro que no es responsable de los apagones que afectan a la Isla.

Aunque el régimen cubano no ha solicitado formalmente ayuda, Estados Unidos ha mantenido una postura abierta a la colaboración, aclarando que evaluaría cualquier solicitud de apoyo por parte de La Habana. Esta oferta de ayuda podría haber sido una oportunidad para aliviar las tensiones entre ambos países, pero el gobierno cubano ha decidido seguir el camino de la confrontación, manteniendo su “política de continuidad”.

El mandatario cubano tardó varios días en responder a las declaraciones de Estados Unidos, y lo hizo reafirmando su política habitual: cerrar las puertas a posibles colaboraciones y culpar exclusivamente al “bloqueo” de todos los problemas. Esta decisión, que muchos ven como un grave error político, deja a Cuba más aislada en un momento de extrema vulnerabilidad, tanto a nivel energético como social. La pregunta que muchos se hacen ahora es: ¿Hasta cuándo el gobierno cubano seguirá culpando al embargo en lugar de buscar soluciones internas a sus crisis?