La comunidad de Cienaguilla, situada en el municipio de Campechuela en la provincia de Granma, enfrenta una crisis prolongada que ha convertido su vida diaria en una auténtica pesadilla. Con aproximadamente 7,000 habitantes, esta localidad ha sufrido por años el deterioro de su infraestructura vial, que la ha dejado prácticamente incomunicada.
La carretera que conecta a Cienaguilla con otras áreas ha estado en un estado deplorable, lo que ha generado serias dificultades para el transporte de personas y bienes. En un país donde la movilidad es esencial, esta situación se ha vuelto crítica, especialmente para aquellos que necesitan atención médica urgente.
A pesar de las promesas de las autoridades municipales de realizar una inversión millonaria a través de una Mypime de construcción, los resultados han sido decepcionantes. La falta de mejoras significativas en la carretera ha llevado a la comunidad a cuestionar la transparencia y eficacia de estas inversiones. Los habitantes sienten que sus necesidades han sido ignoradas, lo que ha exacerbado el descontento y la desesperación en la zona.
El impacto de esta crisis se siente en todos los aspectos de la vida cotidiana. Las emergencias médicas son una de las situaciones más preocupantes. Ha habido casos en los que personas han fallecido debido a la imposibilidad de ser trasladadas a tiempo al hospital de Campechuela. Esto no solo es una tragedia para las familias afectadas, sino que también refleja una falla sistemática en la atención a las necesidades básicas de los ciudadanos.
Los residentes de Cienaguilla han alzado su voz en varias ocasiones, organizando reuniones comunitarias y protestas pacíficas para exigir soluciones. Sin embargo, las respuestas de los dirigentes han sido escasas y a menudo insatisfactorias. Este ciclo de promesas incumplidas ha llevado a un sentimiento de abandono en la comunidad, que siente que sus reclamos no son tomados en serio.
Además de los problemas de transporte y salud, la crisis de la carretera también afecta la economía local. Los agricultores y comerciantes tienen dificultades para llevar sus productos al mercado, lo que limita sus ingresos y perjudica el desarrollo económico de la comunidad. Esta situación no solo afecta a los negocios locales, sino que también limita las oportunidades de empleo para los jóvenes, que ven cómo sus posibilidades de un futuro mejor se desvanecen.
A medida que la comunidad de Cienaguilla continúa luchando contra esta adversidad, la solidaridad entre los vecinos se ha vuelto crucial. Iniciativas comunitarias para ayudar a quienes enfrentan emergencias han surgido, mostrando que a pesar de la falta de apoyo institucional, el espíritu de colaboración y unidad sigue vivo.
Es fundamental que las autoridades tomen conciencia de la gravedad de la situación en Cienaguilla y actúen en consecuencia. La inversión en infraestructura vial no solo es una necesidad, sino una obligación para garantizar el bienestar y la seguridad de sus ciudadanos. La comunidad no solo merece ser escuchada; necesita soluciones efectivas que les permitan vivir con dignidad y acceder a los servicios básicos que les corresponden.