Este lunes, la crisis de los apagones en Cuba se hizo evidente nuevamente, con más de 1300 megawatts (MW) desconectados antes de las seis de la tarde, superando ampliamente lo pronosticado por las autoridades de la Empresa Eléctrica. Lázaro Manuel Alonso, un periodista oficialista, destacó que en Matanzas se apagaron incluso circuitos protegidos debido al creciente déficit eléctrico.
Al inicio del día, la Unión Eléctrica (UNE) había anticipado la recuperación de 100 MW a través de motores de generación distribuida que aún no estaban integrados al Sistema Electroenergético Nacional por falta de combustible. Se esperaba que se conectaran 10 motores en la patana de Melones con 160 MW, 45 MW en la Patana de Regla y 65 MW en la unidad 6 de Mariel. Con estas estimaciones, proyectaban una disponibilidad de 2260 MW frente a una demanda máxima de 3300 MW, lo que llevaría a un déficit de 1040 MW y, potencialmente, a apagones de 1110 MW en el horario pico.
Sin embargo, la realidad nuevamente desbordó los pronósticos de la UNE, que ha fallado repetidamente en proporcionar un servicio eléctrico adecuado. La crisis energética, que ha persistido durante varios meses, ha generado frustración y desesperación entre la población. Comentarios en las redes reflejan el descontento: desde la importancia del petróleo como base de la economía hasta la crítica hacia quienes administran el país. Muchos expresan que es preferible un apagón total a la incertidumbre actual, mientras otros alertan sobre el impacto negativo en la salud mental de las personas.
La situación actual sigue planteando serios desafíos para los cubanos, que luchan por sobrellevar un día a día cada vez más complicado.