Las instituciones y organizaciones políticas del régimen cubano continúan realizando actos absurdos, llenos de clichés y propaganda ineficaz. Un ejemplo reciente es el homenaje del INDER a los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), que incluyó una «caldosa simbólica», tan vacía como el propio gesto.
El portal JIT, especializado en deportes, compartió en la red social X imágenes de un «animado matutino» en honor a los CDR por su 64 aniversario, donde se presentó esta «caldosa simbólica» como parte del evento. Además, se entregó un sello conmemorativo por la edición 60 de los Juegos Escolares Nacionales, destacando esta iniciativa infantil como un logro «trascendental», según el discurso oficial que atribuye su origen a la visión de Fidel Castro.
Más allá de la caldosa, también se sirvió café y se tendió ropa de manera «simbólica» durante el homenaje. La caldosa, que en tiempos pasados era un símbolo de celebración en los barrios cubanos, se ha convertido en un recordatorio amargo de la miseria y escasez que viven muchos.
Antes, este plato era abundante y variado, preparado con ingredientes frescos. Hoy, para muchos cubanos, su elaboración es inalcanzable, ya que requiere gastar más de lo que pueden permitirse.
En este contexto, el régimen persiste en su intento de presentar a los CDR como la organización del pueblo. Gerardo Hernández Nordelo, coordinador nacional de los CDR y espía fracasado, ha expresado su preocupación por el distanciamiento entre el pueblo y la organización, instando a que no se pase por alto su aniversario.
Sin embargo, es difícil cultivar un sentido de pertenencia hacia una organización que en marzo lanzó una pegatina con la frase «Mi móvil es mi fusil» para regalar a sus «cibercombatientes» en La Habana. La Dirección Provincial de los CDR en la capital incluso publicó en Facebook que esta pegatina fue impuesta por el primer Secretario del PCC, Liván Izquierdo, al Coordinador Provincial de los CDR, Eliades Rodríguez.