Régimen cubano explica que la instalación de paneles solares en el país para la generación eléctrica va despacio porque “son cientos de millones de tornillos, de tuercas, de arandelas, de estructuras de acero, de pilotes para hincar”

Redacción

La nueva figura estelar del régimen cubano, Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas, parece estar decidido a evitar el colapso total del sistema electroenergético nacional (SEN). A medida que Cuba se lanza hacia una matriz energética llena de promesas de renovables, él sigue su incansable labor, supervisando desde la central termoeléctrica Lidio Ramón Pérez de Felton, donde “22,000 tubos necesitan limpieza”.

Este domingo, en la tercera Feria Internacional de Energías Renovables en La Habana, De la O Levy presentó su discurso sobre estrategias para instalar paneles solares, como si eso fuera la solución mágica. Las declaraciones del ministro, al igual que las de otros miembros del gobierno de la “continuidad” de Miguel Díaz-Canel, son un verdadero festival de ignorancia y desfachatez. Es fácil prometer cuando no tienes que rendir cuentas a nadie.

El régimen necesita a ministros como De la O Levy para seguir manteniendo su control absoluto. Es un funcionario que no se amedrenta al decir que limpiar esas “22,000 tubos” es más complicado que cualquier misión de la NASA. ¡Qué grandeza!

El ministro, que prometió un minuto de energía renovada sin combustibles importados para 2025, también lanzó una nueva promesa al periodista de turno: en 2030, Cuba generará el 30% de su energía a partir de fuentes renovables. Claro, hasta entonces él piensa seguir en su despacho, disfrutando del aire acondicionado mientras hace grandes declaraciones.

Para esto, el gobierno está haciendo “sacrificios financieros”, no solo para pagar el petróleo, sino para comprar piezas y materiales necesarios para que sus obsoletas termoeléctricas sigan funcionando. Según De la O Levy, eso incluye la transición energética que tanto se necesita.

Pero producir el 30% de la energía con renovables no es fácil. Es otra tarea monumental que requiere mano de obra y una logística endiablada. “Son millones de paneles solares fotovoltaicos; son cientos de millones de tornillos, de tuercas, de arandelas, de estructuras de acero, de pilotes para hincar… son miles y miles de pilotes para hincar…”, explicó De la O Levy, casi como si quisiera hacer que su trabajo pareciera más heroico.

Mientras tanto, los cubanos seguirán esperando el día en que los apagones sean cosa del pasado. El régimen sabe que este tipo de palabrerías, como los megawatts de “afectaciones”, son irrebatibles para un pueblo adoctrinado. Así que seguirán su propaganda y su represión.

El colapso del SEN no es su prioridad; lo que realmente buscan es manipular y controlar. Los cubanos verán apagones día tras día, mientras en el noticiero se celebran los “avances” en la hincadura de pilotes y en la limpieza de tubos.

Llegará 2025 y habrá un minuto de energía producida por fuentes renovables. Luego, la misión será “hacerlo crecer” hasta alcanzar en 2030 un total de 157,680 minutos. Hasta entonces, Vicente de la O Levy no descansará, supervisando el movimiento de millones de tuercas y tornillos, y ayudando a limpiar decenas de miles de tubos, todo mientras se sostiene la fachada de un progreso que nunca llega.