La reciente publicación en el portal oficialista Cubadebate ha encendido la polémica en las redes sociales de Cuba. En esta ocasión, el medio arremetió contra una dulcería privada en La Habana llamada Doña Alicia, acusándola de no cumplir con los servicios que prometió en un publirreportaje previo. Curiosamente, esta dulcería había pagado a Cubadebate para que, meses atrás, se publicara un artículo promocionando sus productos y su eficiencia en el uso de las pasarelas de pago. Pero ahora, el negocio está en el centro de una controversia tras una denuncia anónima que expone supuestas fallas en su servicio.
El denunciante, del cual no se conocen nombre ni apellidos, afirmó haber visitado la dulcería y descubierto que la información proporcionada en el publirreportaje no correspondía a la realidad. Según la queja, la dulcería mostraba un código QR para pagos, pero solo permitía transferencias a través de Transfermóvil, mientras que EnZona, otra plataforma de pago, no estaba disponible. A esto se sumó el hecho de que el código QR proporcionado no funcionaba correctamente, lo que frustró al cliente. “La hipocresía de cómo los jefes del negocio dicen una cosa y funciona de otra manera” fue una de las frases más destacadas en la denuncia.
Este incidente no tardó en generar una acalorada discusión en redes sociales. Muchos cubanos aprovecharon la oportunidad para debatir sobre temas más amplios, como la ética periodística en medios controlados por el Estado, la bancarización obligatoria y las dificultades que enfrentan los emprendedores privados en un país donde las regulaciones y la falta de recursos son la norma.
Por un lado, figuras como Ángel Marcelo Rodríguez Pita criticaron abiertamente a Cubadebate por atacar a un negocio privado que genera empleo y ayuda a los más vulnerables. Señalaron que un medio gubernamental no debería emprender campañas que perjudiquen a los emprendedores, especialmente cuando son los negocios privados los que, en muchos casos, están llenando vacíos que el propio Estado no puede cubrir. Por otro lado, algunos usuarios como Jorge Luis Michelena defendieron el derecho al periodismo investigativo, aunque cuestionaron si este tipo de investigaciones son realmente imparciales o si solo se realizan cuando convienen al sistema.
El debate no se limitó a la ética periodística. Hernán Costa y otros usuarios pusieron sobre la mesa la cuestión de la bancarización obligatoria en Cuba. Según ellos, muchos negocios privados evitan el uso de transferencias electrónicas debido a las restricciones que los bancos imponen sobre la extracción de dinero. Este problema afecta directamente a los emprendedores, quienes se ven obligados a encontrar soluciones alternativas para mantener sus operaciones, en un contexto ya de por sí complicado. Además, señalan que no solo los negocios privados evitan las transferencias electrónicas; muchos establecimientos estatales también lo hacen, lo que sugiere que el problema es más profundo y sistémico.
Varios comentarios, como el de Erasmo CC, resaltaron lo difícil que es ser emprendedor en Cuba. El Estado, en lugar de apoyar a los pequeños negocios, los somete a una serie de regulaciones que obstaculizan su crecimiento. Esto ha llevado a que muchos dueños de negocios prefieran manejar sus operaciones en efectivo, evitando así depender de las plataformas bancarias, que a menudo no funcionan de manera eficiente.
