Siete termoeléctricas están fuera de servicio este domingo, lo que agrava la ya crítica situación energética en Cuba. Esto ha llevado a las autoridades del régimen a implementar “medidas severas” en los últimos días, incluyendo “cortes continuos de hasta nueve horas, por tres con electricidad”.
Actualmente, las unidades fuera de operación incluyen la unidad 8 de la central termoeléctrica (CTE), las unidades 5 y 6 de Nuevitas, la unidad 2 de Felton y las unidades 5 y 6 de la CTE Renté. Además, la unidad 2 de la CTE Santa Cruz se encuentra en mantenimiento.
De acuerdo con el parte oficial de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), las limitaciones en la generación térmica alcanzan los 372 MW. También están fuera de servicio 44 centrales de generación distribuida debido a un déficit de combustible, afectando en total 278 megawatts.
Para la hora pico nocturna del 22 de septiembre, se estima una disponibilidad de 2.290 MW frente a una demanda máxima de 3.100 MW, lo que resulta en un déficit de 810 MW. Si se mantienen estas condiciones, se prevé una afectación de 880 MW durante ese horario.
El régimen cubano admitió el miércoles que no logró estabilizar el sistema eléctrico en los meses de julio y agosto, como había prometido, y la Isla sigue sufriendo apagones prolongados.
A pesar de esto, durante la inauguración de la III Feria de Energías Renovables en La Habana, el primer ministro, Manuel Marrero, comentó que, aunque no se alcanzó la estabilidad deseada, se lograron “evitar afectaciones mayores” y hubo progresos en el “mantenimiento” y la “recuperación” de las centrales termoeléctricas. Sin embargo, estos avances son invisibles para los cubanos que enfrentan apagones de varias horas.
Por su parte, Vicente De la O Levy, ministro de Energía y Minas, intentó calmar la creciente frustración de la población. Habló de “sacrificios financieros” para asegurar la llegada de combustible a las unidades generadoras en los próximos días y prometió que antes de fin de año se instalarán los primeros 400 megavatios provenientes de nuevos parques solares.
De la O Levy subrayó que el principal problema actual es el déficit de combustible, que afecta no solo la generación eléctrica, sino también al resto de la economía.
