En Camagüey, un escándalo de corrupción ha sacudido los cimientos de la administración local, revelando una red ilícita que involucra a altos funcionarios de la agricultura. Julio Alberto Velázquez Ávila, delegado provincial de la Agricultura, fue arrestado y trasladado a Villa Marista, La Habana, tras ser vinculado a la venta ilegal de carne de res. Velázquez Ávila habría autorizado la venta de ganado a Mipymes en La Habana, una operación que implicaba a varios delegados municipales y productores locales, extendiendo así la red de corrupción por toda la provincia.
La detención de Velázquez Ávila fue solo el comienzo de una serie de eventos que han destapado aún más la corrupción en Camagüey. El delegado municipal de Sibanicú, José Miguel Hernández Ibañez, se quitó la vida tras verse acorralado por las investigaciones, lo que ha generado un profundo impacto en la comunidad. La investigación ha revelado que este no es un caso aislado, ya que el delegado del municipio Céspedes también ha sido arrestado, junto con varios funcionarios y productores locales, lo que agrava aún más el escándalo.
Uno de los aspectos más alarmantes de esta investigación ha sido el descubrimiento de grandes cantidades de dinero en efectivo y transferencias bancarias comprometedoras. Las autoridades encontraron sacos de dinero en las propiedades de los delegados implicados, lo que refuerza la hipótesis de una estructura organizada que desviaba recursos agrícolas para enriquecerse a costa de la población. Estos hallazgos han dejado claro que la corrupción en la agricultura de Camagüey es más profunda y extensa de lo que se pensaba.
El suicidio del delegado José Miguel Hernández Ibañez no solo conmocionó a la comunidad local, sino que también destacó la gravedad de la situación. Hernández Ibañez, involucrado en la venta ilegal de carne que salía de las granjas estatales de Sibanicú con destino a La Habana, tomó la drástica decisión de quitarse la vida cuando la presión de la investigación se volvió insoportable. Este trágico evento ha generado preocupación sobre hasta dónde llegará el escándalo, ya que se teme que más delegados y productores estén bajo la mira de las autoridades.
Mientras tanto, oficiales de Villa Marista, junto con investigadores y peritos, continúan con las pesquisas en Camagüey. A pesar de la gravedad del caso, el Ministerio del Interior (MININT) de la provincia ha mantenido un silencio público, lo que solo ha aumentado las especulaciones y la desconfianza en la administración local. La credibilidad de las autoridades está en juego, y la población observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos.
La implicación de familiares en el escándalo ha añadido una capa adicional de indignación. La esposa de Velázquez Ávila, directora de la Plaza de la Revolución en Camagüey, también ha sido mencionada en la investigación, aunque aún no se ha confirmado si enfrentará cargos. Este detalle ha intensificado las críticas hacia la complicidad entre altos cargos y sus familiares, un tema que resuena fuertemente entre la población.
Con el caso aún en desarrollo, se espera que en los próximos días más funcionarios y productores vinculados a la venta ilícita de carne sean detenidos. La controversia no solo ha escalado en las redes sociales, donde los comentarios reflejan un profundo descontento hacia los dirigentes, sino también entre los ciudadanos que ven cómo la corrupción sigue socavando la confianza en sus líderes. Ana Gloria Gelio, una residente de la provincia, expresó su frustración:
‘Todos están pensando en cómo hacer crecer sus patrimonios, sin importar a quién perjudican’. Este sentimiento de traición se ve exacerbado por la posibilidad de que algunos de los involucrados logren evadir la justicia local y obtengan beneficios como el parole humanitario en Estados Unidos, lo que ha generado aún más enojo entre la población.
