Luis Alberto García alza su voz: el impactante apoyo a Alina Bárbara López tras su expulsión de la UNEAC

Redacción

El reconocido actor cubano Luis Alberto García ha manifestado públicamente su rechazo ante la expulsión de la intelectual Alina Bárbara López de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Este incidente ha generado un amplio debate sobre la libertad de expresión y los derechos de los académicos y artistas en Cuba, un tema que sigue siendo sensible en la sociedad cubana.

La profesora Alina Bárbara López, conocida por su activismo y crítica constructiva hacia el gobierno, expresó su gratitud hacia García a través de sus redes sociales. En un emotivo mensaje, López agradeció el apoyo del actor, destacando su valentía al enfrentarse a las injusticias. “Mi querido y admirado Luis Alberto García Novoa, no solo interpretaste magistralmente al personaje inolvidable de un revolucionario en Clandestinos; lo eres en verdad, y ese es el delito mayor en el reino de la continuidad. Un abrazo y mi total agradecimiento”, escribió la académica en Facebook.

La expulsión de López Hernández, que fue anunciada por la filial de la UNEAC en Matanzas, ha sido duramente criticada por García, quien calificó el acto como una “injusticia flagrante” y un “error garrafal”. Su postura refleja la frustración de muchos cubanos que ven en estas acciones una violación directa de los derechos fundamentales de los ciudadanos. García, al igual que otros intelectuales, no ha dudado en expresar su descontento y en denunciar el ambiente represivo que se vive en la isla.

En una publicación en Facebook, el actor dejó claro que no puede ni quiere quedarse en silencio ante situaciones como esta. “No puedo ni quiero quedarme callado o ser cómplice ante hechos lamentables como éste y tampoco bajar la cabeza a la andanada de improperios, adjetivos y sustantivos denigrantes que han comenzado a aparecer en las redes sociales y en publicaciones gubernamentales refiriéndose a quienes se apartan poco o mucho de un pensamiento doctrinario único que se pretende sea obligatorio”, expresó contundentemente.

El apoyo de García también pone en evidencia la preocupación de muchos ciudadanos sobre el clima de coacción y amenazas que afecta a aquellos que se atreven a expresar opiniones divergentes de la narrativa oficial. “Si la coacción, las amenazas y los linchamientos mediáticos cargan las opiniones de ciudadanos de todos los estamentos, entonces no tenemos Constitución respetada ni país verdadero”, argumentó el actor, señalando la profunda crisis de derechos que atraviesa el país.

La situación de López Hernández es especialmente preocupante, ya que fue acusada por la UNEAC de realizar “actividades contra la revolución” y de mostrar solidaridad con el movimiento del 11 de julio. La académica ha afirmado que esta decisión fue impuesta desde instancias superiores, específicamente bajo la presión de la Seguridad del Estado, y no como resultado de una evaluación justa de su trabajo y aportes al ámbito cultural.

A pesar de su expulsión, López ha dejado claro que no se dejará amedrentar. “Seguiré siendo una intelectual, una ciudadana y una cubana digna aún fuera de esa organización que se ha deshonrado desde hace mucho”, subrayó con firmeza. Su situación ha encendido un debate más amplio sobre la libertad de expresión en Cuba y el papel de la UNEAC, que ha sido cuestionado por su alineamiento con las políticas gubernamentales.

La expulsión de López también tuvo un efecto en otros miembros de la UNEAC, como el intelectual cubano Jorge Fernández Era, quien decidió renunciar a su membresía en señal de protesta. Este gesto de solidaridad sigue resonando en los círculos culturales, poniendo de relieve la tensión existente entre la creatividad individual y la censura institucional.