Revelan cómo llevar a juicio a piloto del régimen cubano por crímenes del pasado

Redacción

El caso de Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, piloto de combate retirado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba, ha resurgido con fuerza en el ámbito legal estadounidense. Este piloto, que ahora reside en Estados Unidos, es conocido por su participación en la operación de persecución y derribo de dos avionetas pertenecientes a la organización humanitaria Hermanos al Rescate en 1996, un incidente que resultó en la trágica muerte de cuatro personas.

Dos destacados abogados de Miami, Nelson Rodríguez Varela y Marcel Felipe, han ofrecido un análisis exhaustivo sobre las posibles consecuencias legales que González-Pardo podría enfrentar ahora que se encuentra en territorio estadounidense. Según los expertos, existe una base legal sólida y precedentes que permitirían encausar al piloto bajo la jurisdicción de Estados Unidos. Este análisis fue presentado durante un programa de la televisora América Tevé, donde los abogados enfatizaron que la ley estadounidense permite procesar a individuos que hayan participado en un delito grave, incluso si no ejecutaron el acto final, lo que en este caso, sería el disparo fatal que derribó las avionetas.

Rodríguez Varela, exfiscal, y Felipe, presidente de la fundación Inspira América y del Museo de la Diáspora Cubana, argumentan que la participación activa de González-Pardo en la misión lo convierte en un cómplice de conspiración para cometer asesinato. A pesar de no haber disparado personalmente, su papel en la operación es suficiente para considerarlo legalmente responsable. Los abogados subrayan que si el gobierno federal decide no actuar por razones políticas, las autoridades estatales de Florida tienen la capacidad legal para proceder con cargos bajo leyes antiterroristas y estatutos de conspiración, dado que no existe un estatuto de limitaciones para los casos de asesinato.

La situación se complica aún más por la participación de otros agentes cubanos, como René González y Juan Pablo Roque, quienes han sido vinculados a actividades de infiltración y espionaje dentro de Estados Unidos. Este contexto refuerza la jurisdicción estadounidense sobre el caso de González-Pardo. Un ejemplo relevante es el de Gerardo Hernández, quien fue condenado por su participación en la red Avispa y el derribo de las avionetas, aunque más tarde fue liberado por el presidente Barack Obama en un controversial intercambio con el régimen de Raúl Castro.

Los familiares de las víctimas del fatídico derribo han expresado su deseo de que González-Pardo no solo sea deportado de Estados Unidos, sino que enfrente la justicia en suelo estadounidense. Consideran que su testimonio podría ser crucial para implicar a altos mandos del gobierno cubano, incluyendo a Raúl Castro, quien es señalado como uno de los principales arquitectos del ataque.

El objetivo central de este esfuerzo legal es garantizar que los responsables rindan cuentas por sus actos y que se haga justicia para las víctimas y sus familias. Para promover esta causa, se ha programado una conferencia de prensa el próximo martes 24 de septiembre en el Museo de la Diáspora Cubana. Los abogados han hecho un llamado a la comunidad del exilio cubano y a los líderes electos para que se unan en la petición de justicia y exijan acciones concretas por parte de las autoridades.

Este caso no solo plantea importantes preguntas sobre la justicia y la rendición de cuentas, sino que también reaviva el debate sobre cómo Estados Unidos maneja los crímenes cometidos en el pasado por individuos que ahora residen en su territorio. La situación de Luis González-Pardo Rodríguez es un recordatorio de que, incluso décadas después, la búsqueda de justicia para las víctimas sigue siendo una prioridad para muchos.