El Grupo Empresarial de la Pesca en Cuba ha señalado que enfrenta serias dificultades que limitan su capacidad para ofrecer suficiente pescado a la población. Durante una reciente transmisión del programa oficialista Mesa Redonda, el ingeniero Armando Posada Lóriga, presidente del grupo, y otros directivos expusieron los principales problemas que afectan al sector:
- Déficit de recursos: La empresa enfrenta una falta de liquidez externa, lo que dificulta la adquisición de materias primas y el equipamiento necesario para la pesca y el procesamiento de productos pesqueros.
- Problemas energéticos: La escasez de combustible y energía eléctrica está impactando tanto las operaciones de pesca como el funcionamiento de las industrias, limitando la captura y producción de pescado.
- Falta de embarcaciones y equipamiento: El deterioro de las embarcaciones y la obsolescencia de los equipos industriales afectan la capacidad de captura y producción del sector.
- Prioridad a otros sectores: Aunque el 71% de la producción industrial se destina a la población, un 15% se asigna al turismo y una porción significativa se exporta para generar ingresos externos, lo que reduce la disponibilidad de pescado para el consumo interno.
- Pesca furtiva e ilegalidades: La pesca ilegal perjudica la producción regulada y la distribución organizada de productos pesqueros.
A nivel general, el sector pesquero cubano no ha cumplido sus planes de producción, al igual que otros sectores como la construcción de viviendas, la producción azucarera y la agricultura. Al cierre de agosto, el Grupo Empresarial de la Pesca había cumplido solo el 53% del plan de captura y el 67% del plan de producción industrial, ambos por debajo de lo esperado. Aunque se ha logrado detener el decrecimiento en la acuicultura y el cultivo de camarones, el cumplimiento de los planes generales sigue siendo insuficiente.
Curiosamente, sí se han cumplido los objetivos de exportación, especialmente de langostas y camarones, superando el 95% en lo que va del año y aumentando los ingresos, cifras que son superiores a las del año pasado.
La situación pone de manifiesto que los problemas en la pesca afectan directamente a la población. La combinación de escasez de recursos, dificultades energéticas y equipos inadecuados limita la disponibilidad de pescado en el mercado local. A pesar de los pocos recursos disponibles, se priorizan las exportaciones para obtener ingresos externos, pero estas ganancias no se reinvierten en aumentar la productividad. Como resultado, las pescaderías continúan vacías desde hace décadas.
En 2023, el gobierno afirmó que “Cuba es un país rodeado de mar, pero las aguas no tienen los niveles de pescado necesarios para satisfacer la creciente demanda de la población”. Manuel Sobrino Martínez, exministro de la Industria Alimentaria, también atribuyó la falta de pescado a la inactividad de más de 60 barcos.
Aunque Sobrino fue destituido a principios de 2024, su explicación sobre por qué muchos cubanos nunca han probado langosta sigue resonando: “Si nos damos el gusto de comer langosta y camarones, faltará la leche de los niños”. Este comentario resalta la escasez crónica de productos básicos como la leche en Cuba, a pesar de que langostas y camarones siguen sin aparecer en las pescaderías del país.
