A las afueras del Aeropuerto Internacional “José Martí” de La Habana, una imagen dolorosa e indignante se repite día tras día: niños pidiendo limosna a los automovilistas que transitan por la zona. Esta triste escena no solo refleja la precaria situación económica que enfrenta Cuba, sino que también pone de manifiesto el peligro constante al que se exponen estos menores, quienes, descalzos y vulnerables, buscan desesperadamente un poco de dinero para poder comer.
Recientemente, una usuaria de Facebook, Karla Ony Pino, compartió una imagen que capturó esta cruda realidad. La foto fue tomada a la salida de la terminal II del aeropuerto, ubicada en Boyeros, y muestra a un niño parado en medio de la calle, esperando que algún vehículo se detenga para ofrecerle ayuda económica. La fotografía ha despertado un gran revuelo en las redes sociales, generando una oleada de indignación y tristeza entre quienes la han visto.
“Delante de donde se captó la imagen había otros dos niños más, también pidiendo limosna”, detalló Karla Ony Pino en su publicación. Además, mencionó que la desgarradora fotografía le fue compartida por un amigo, lo que subraya la frecuencia con la que se observa esta lamentable situación en la zona.
En su publicación, la usuaria expresó su preocupación y repudio por lo que vio: “Es evidente que no es por voluntad propia, sino que hay un adulto detrás que los manipula. Me pregunto cómo es posible que, en pleno 2024 y con tanta presencia policial en las calles, no se haga nada para controlar esta situación”. Estas palabras reflejan un sentimiento compartido por muchos cubanos, quienes no solo ven con horror la situación de los niños, sino también la aparente inacción de las autoridades.
La imagen y el testimonio de Karla Ony Pino no tardaron en generar una oleada de reacciones en las redes sociales. Muchos internautas calificaron la situación como desalentadora, destacando que este tipo de escenas son una muestra más de la profunda miseria que ha marcado la vida en Cuba durante más de seis décadas. Para muchos, la imagen de estos niños descalzos y pidiendo limosna es un símbolo de la desesperanza que impera en la Isla, donde cada día parece más difícil asegurar un futuro digno para las nuevas generaciones.
Mientras tanto, otros usuarios de las redes sociales han comenzado a compartir historias similares de otros niños en situaciones precarias en diferentes partes de La Habana. Estos relatos se suman al creciente sentimiento de frustración y desesperanza que sienten muchos cubanos ante la crisis económica y social que continúa afectando al país.
La realidad de estos niños a las afueras del Aeropuerto Internacional “José Martí” es solo una de las muchas facetas de una problemática más amplia que afecta a toda la nación. La falta de oportunidades, la pobreza extrema, y la inseguridad son solo algunas de las razones que empujan a estos menores a arriesgar su vida en las calles para conseguir algo tan básico como un trozo de pan.
Sin embargo, la situación no solo afecta a los niños. Según reportes recientes, los viajeros que transitan cerca del aeropuerto también se han convertido en blanco de una creciente ola de robos. Estos asaltos, perpetrados por bandas organizadas, han generado una gran preocupación tanto entre los cubanos como entre los turistas que visitan la isla.
Un caso reciente que ha conmocionado a la opinión pública es el de Celeste, una mujer de 76 años que fue violentamente asaltada por seis hombres encapuchados al salir del aeropuerto. El incidente ocurrió cuando el vehículo en el que viajaba tuvo que reducir la velocidad debido a los baches en la carretera, lo que dio oportunidad a los delincuentes de rodearlo y robar todas sus pertenencias, incluido su pasaporte estadounidense. En una entrevista con el diario independiente 14yMedio, la afectada expresó con tristeza: “Lo que más me dolió fue perder mi pasaporte americano”, lo que la obliga ahora a realizar gestiones en la embajada de Estados Unidos en Cuba para poder regresar a Florida.
La situación en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional “José Martí” es alarmante y refleja el estado de inseguridad y pobreza que persiste en Cuba. Mientras los niños mendigan en las calles y los viajeros son asaltados, la crisis en la isla continúa profundizándose, dejando a su paso un rastro de desesperanza y dolor.
