El presidente Joe Biden ha firmado la extensión del embargo económico de Estados Unidos a Cuba hasta 2025, una medida que sigue la práctica habitual de administraciones republicanas y demócratas durante más de seis décadas.
La Casa Blanca publicó un memorando oficial el 13 de septiembre, un día antes de que expirara la ley. En el documento se establece que “el ejercicio de ciertas autoridades bajo la Ley de Comercio con el Enemigo está programado para expirar el 14 de septiembre de 2024. Por la presente, determino que la continuación de esas autoridades con respecto a Cuba durante un año es de interés nacional de Estados Unidos”.
Asimismo, Biden determinó que, de acuerdo con la autoridad de la sección 101(b) de la Ley Pública 95-223, “continúo por un año, hasta el 14 de septiembre de 2025, el ejercicio de esas autoridades con respecto a Cuba, tal como se implementa mediante las Regulaciones de Control de Activos Cubanos, 31 CFR parte 515”.
Con esta renovación, el régimen cubano deberá esperar hasta el 14 de septiembre de 2025 para saber si habrá cambios en la aplicación de estas políticas, que han sido rechazadas repetidamente por el gobierno cubano durante décadas, sin que se haya concedido modificación alguna hasta el momento.
El embargo, que comenzó a aplicarse parcialmente en octubre de 1960 tras la nacionalización de empresas estadounidenses en Cuba, se amplió a su forma total en febrero de 1962. Desde entonces, su renovación ha sido un trámite formal que ha llevado a cabo 13 administraciones estadounidenses.
Esta extensión sigue generando controversia tanto en Cuba como en la comunidad internacional. Muchos argumentan que esta política ha agravado las dificultades económicas de la población cubana, mientras que el régimen la ha utilizado para justificar su propia ineficiencia y falta de recursos.
