Las imágenes de un hombre desmembrando a un gato en una calle de Santiago de Cuba han provocado una gran indignación y alarma entre los cubanos en redes sociales, reabriendo el debate sobre el maltrato animal.
El comunicador Yosmany Mayeta compartió varias fotografías del suceso en Facebook, mencionando: “La lamentable foto que he tenido que censurar fue captada en la Calle San Fermín entre Habana y Trinidad, en pleno centro de Santiago de Cuba”. En las imágenes, se observa a un hombre que aparenta más de 60 años, vestido de manera humilde, descuartizando al animal con un cuchillo y colocando los trozos en una bolsa plástica.
Reacciones encontradas
La publicación ha generado opiniones divididas. Muchos usuarios condenaron la violencia hacia los animales y pidieron que estos actos sean severamente sancionados por la justicia. Sin embargo, otros defendieron al hombre, argumentando que la profunda crisis en Cuba ha llevado a muchas personas a buscar formas desesperadas de sobrevivir, incluso alimentándose de sobras.
Algunos comentaron que el hombre podría estar sufriendo un trastorno mental. A su vez, muchos responsabilizan al gobierno por el aumento de la pobreza extrema en el país, que afecta principalmente a los sectores más vulnerables, como ancianos y niños.
Además, se mencionó que el sacrificio de ganado también debería considerarse maltrato animal, lo que llevó a cuestionar a quienes no ven como violencia el sacrificio de animales destinados al consumo.
Preocupación por la violencia animal
Este incidente ha incrementado la preocupación sobre el aumento de la violencia hacia los animales en Cuba. Recientemente, un hombre apuñaló y golpeó a una perra callejera en La Habana, pero gracias a la intervención de una vecina y la ayuda de protectores de animales, logró sobrevivir.
También se ha hecho eco de la historia de Blanquita, una gata que fue maltratada y rescatada tras ser lanzada desde una gran altura, lo que le provocó una fractura en la columna vertebral. Su dueña ha estado luchando por su recuperación.
En agosto, la activista animal Yenney Caballero denunció un caso de maltrato en San José de las Lajas, donde caballos utilizados para tirar coches eran obligados a soportar largas jornadas bajo el sol, mientras sus dueños descansaban a la sombra.
