Hoy cumple 66 años de edad la popular conductora cubana Raquel Mayedo

Redacción

Con una sonrisa que enamora a miles de cubanos, esta talentosa conductora ha logrado trascender generaciones. Aunque ya ha cumplido 66 años, su espíritu juvenil y la calidez que emana han hecho que muchos digan que tiene la fórmula de la juventud eterna.

Desde pequeña, su sueño fue el ballet; se graduó en Ballet Clásico con el famoso “Vals de las flores” de Coppélia. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no quería ser parte del cuerpo de baile, sino la protagonista, y reconoció que las exigencias eran demasiado grandes para ella. Así, decidió redirigir su camino hacia el arte dramático, graduándose en Teatrología en el Instituto Superior de Arte.

Inició su carrera en la Dirección de Teatro y Danza del Ministerio de Cultura, donde se encargó del departamento de Divulgación y Relaciones Públicas. Allí descubrió su habilidad para conectar con la gente a través de las palabras. Su vida dio un giro inesperado cuando un director de televisión le propuso crear una sección sobre artes escénicas para una revista dirigida a adolescentes. Aunque ese proyecto no prosperó, la experiencia la llevó a participar en Joven Joven, un programa que la introdujo al mundo televisivo.

A lo largo de su carrera, ocupó la jefatura de prensa del Ballet Nacional de Cuba y, posteriormente, se unió a Contacto, un programa que la catapultó a la fama y la hizo conocida en toda la isla. Al finalizar este proyecto, tuvo que adaptarse a nuevas oportunidades en el Instituto Cubano de Radio y Televisión, donde volvió a las relaciones públicas, un campo que siempre le había brindado satisfacción.

Hoy, brilla en De tarde en casa, un programa que la ha reconectado con el público. Su estilo coloquial y la variedad de temas que aborda resuenan especialmente con aquellos de 35 años en adelante, un público que comparte experiencias vitales similares a las suyas.

Cuando se le pregunta sobre cómo ha llegado a los 60 sin aparentar arrugas, responde con sabiduría: “Arrugas tengo y muchas, pero me di cuenta de que te pasan factura si no pagas bien las cuentas de amar, sufrir, odiar, perdonar, olvidar, rectificar y comprender. Me cuido mucho de pagar esas cuentas”.

Su legado es una mezcla de pasión, resiliencia y amor por lo que hace, lo que la convierte en una figura admirada y respetada en el panorama artístico cubano.