La cubana Raisa Bacallao, residente en Tampa, denunció esta semana la venta de perfumes adulterados en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional “José Martí” de La Habana.
Según Bacallao, fue víctima de lo que ella describe como la “estafa más grande del mundo” cuando se preparaba para volar de regreso a Tampa. Relató que adquirió varios perfumes de la marca Suchel Camacho, que los cubanos llaman “bautizados”, refiriéndose a productos a los que se les ha añadido agua, en la Tienda Libre de Impuestos de la terminal.
“Me los eché en el cuarto y, cuando llegué a la sala, ya no tenía olor a perfume. Literalmente”, comentó, visiblemente molesta, ya que pagó “en dólares americanos” y “ninguno sirve”.
En un mensaje de Facebook, Bacallao explicó que gastó más de 100 dólares, ya que cada perfume costaba entre 15 y 40 dólares. “La muchacha me dio a oler unos perfumes en exhibición. Olían riquísimo y ahí me embullé y compré varios”, agregó, destacando que la dependienta le mostró “por supuesto” los perfumes originales.
La vendedora luego colocó los perfumes en bolsas de nylon, las cerró herméticamente y le insistió que no debía abrirlas hasta pasar la aduana en Estados Unidos, un detalle en el que “hizo mucho énfasis”.
“Realmente da vergüenza que se presten para hacer este daño. Espero que al turismo que no es cubano no le vendan ese robo, porque la demanda no se la quita nadie de encima”, concluyó.
Los comentarios de los internautas no se hicieron esperar: “Qué descaro, pena y bochorno para esas estafas”; “Nuestro país está en la ruina”; y “Son expertos robando”, expresaron algunos usuarios en respuesta a la denuncia.
