Recientemente, el régimen cubano anunció una reducción en el gramaje y el precio del pan distribuido a través de la canasta básica, lo que ha generado una avalancha de críticas en redes sociales. Según la nueva medida, el peso del pan se ha reducido de 80 a 60 gramos y su precio ha bajado de un peso a 75 centavos, debido a dificultades con el suministro de harina de trigo.
Sin embargo, el descontento de los ciudadanos se ha intensificado tras constatar que el pan vendido en varios municipios no cumple ni siquiera con el peso reducido estipulado. En Guáimaro, por ejemplo, se han reportado panes de solo 50 gramos, lo que ha provocado reacciones irónicas y críticas en redes sociales.
El periodista camagüeyano Jose Luis Tan Estrada compartió imágenes en Facebook mostrando panes que apenas superan el tamaño de una taza, y otros usuarios han documentado panes casi del tamaño de un frasco de gotas para los ojos. Estas imágenes han sido ampliamente compartidas y comentadas, evidenciando el descontento generalizado.
El perfil de Edmundo Dantés Junior también se sumó a las críticas, comparando el tamaño del pan con objetos cotidianos y bromeando sobre la necesidad de varios panes para un desayuno, en referencia al primer ministro Manuel Marrero y su figura pública.
El régimen ha justificado esta medida como una solución temporal a las dificultades con el suministro de insumos necesarios para la producción del pan. Sin embargo, las quejas sobre la calidad y el tamaño del pan normado no son nuevas, y las redes sociales han sido un canal importante para expresar la frustración de los ciudadanos con la calidad y la estabilidad del pan racionado.
