Denuncian la venta de ardillas rojas en La Habana: “Ahora que se están viendo nuevamente silvestres en algunas zonas, varios se dedican a cazarlas para venderlas”

Redacción

Elizabeth Marela Cardoso Pérez, una conocida protectora de animales, ha expresado su indignación este domingo por la venta de ardillas rojas en La Habana, la cual considera una violación grave a la protección animal. Cardoso utilizó su perfil en Facebook para cuestionar duramente el accionar de los vendedores y las instituciones cubanas responsables de la fauna.

Cardoso escribió: “Este tipo de publicación me da mucha tristeza con los animalitos y, al mismo tiempo, una gran indignación con estos buenos para nada que lucran con el sufrimiento de especies”. Criticó a los compradores por adquirir animales sin tener el conocimiento adecuado sobre su cuidado, destacando que su interés se basa únicamente en el lucro y no en el bienestar de los animales.

La activista también dirigió su crítica hacia las instituciones encargadas de la protección de la fauna, como Flora y Fauna, acusándolas de no cumplir con su deber. “¿Dónde está Flora y Fauna? Esto es público y no hacen nada”, denunció Cardoso, añadiendo que el sistema de denuncias es “insoportable e inoperante”.

Cardoso compartió capturas de pantalla de publicaciones en redes sociales que promocionan la venta de ardillas rojas. En una de las publicaciones, el usuario Jose Canitrot ofrecía ardillas rojas en La Habana, mientras que en otra, buscaba a alguien para cazar ardillas en la zona de Puente Grande.

En el grupo “SOS callejeros. Cuba”, otro perfil de Facebook, China MI, también denunció la actividad de Canitrot, mostrando imágenes de ardillas encerradas en jaulas.

Las ardillas rojas, una especie invasora en Cuba, han sido objeto de controversia debido a su creciente venta en el mercado negro. El incremento de la crisis económica ha llevado a algunos a recurrir a la comercialización de animales salvajes y especies invasoras como fuente de ingreso.

El activista Javier Larrea había denunciado en 2021 la venta de un murciélago por 4,000 pesos, mientras que Beatriz Batista había alertado en 2020 sobre la venta de una lechuza con fines religiosos. En 2021, la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental de Cuba también denunció el aumento del comercio ilícito de aves silvestres y otras especies.

Aunque el régimen cubano promulgó el Decreto Ley de Bienestar Animal en 2021, el cumplimiento efectivo de la ley ha sido cuestionado. El artículo 58, inciso h) de la ley prohíbe la comercialización, transporte y posesión de animales sin cumplir con las disposiciones vigentes. El Artículo 83 establece que el control de poblaciones de animales silvestres debe ser justificado por razones sanitarias y que el sacrificio de especies invasoras debe ser rápido y compasivo.

Sin embargo, la falta de severidad en la aplicación de estas leyes ha sido una crítica constante por parte de activistas, quienes consideran que las sanciones actuales no son suficientes para disuadir el comercio ilegal de animales y proteger adecuadamente a las especies invasoras.