Recientemente, el Hotel Meliá Las Dunas, ubicado en el popular destino turístico de Cayo Santa María, ha sido objeto de duras críticas por parte de un grupo de turistas cubanos que compartieron su desafortunada experiencia. Lo que prometía ser una escapada al paraíso, rápidamente se convirtió en una experiencia plagada de frustraciones, dejando a los visitantes con un amargo sabor tras su estadía. La experiencia narrada en el canal de YouTube «El Timbirichi» ha dejado en evidencia una serie de problemas que deberían hacer reflexionar a los futuros huéspedes.
Uno de los primeros inconvenientes que enfrentaron los viajeros fue durante el proceso de check-in. Aunque llegaron al hotel antes del almuerzo, esperando poder disfrutar de sus habitaciones de inmediato, fueron obligados a esperar por horas. A pesar de la anticipación y las ganas de comenzar sus vacaciones, solo dos personas atendían a una interminable fila de huéspedes, lo que prolongó la espera de manera exasperante. A esto se sumó la falta de un lugar seguro para resguardar sus maletas, aumentando aún más la incomodidad.
Comida Insatisfactoria y Limitada
El segundo gran problema llegó con la comida. Después de un agotador viaje de seis horas, los turistas esperaban un almuerzo que reavivara sus energías. Sin embargo, se encontraron con un comedor que fue descrito como similar a un «comedor obrero», con una limitada variedad de alimentos y una calidad bastante cuestionable. Para los viajeros, la comida insípida y la falta de opciones fue otro duro golpe, convirtiendo lo que debía ser un descanso reparador en una situación decepcionante. En lugar de disfrutar de una experiencia gastronómica en uno de los hoteles más conocidos de la zona, se sintieron atrapados en una pesadilla alimentaria.
Habitaciones Lejanas y en Mal Estado
Cuando finalmente accedieron a sus habitaciones, la situación no mejoró. Las habitaciones estaban ubicadas lejos de la playa, lo que hizo que uno de los principales atractivos del hotel fuera incómodamente inaccesible. A esto se sumaron los problemas de mantenimiento en las habitaciones, con pasillos oscuros, estructuras deterioradas y una distribución confusa del hotel que solo generó más frustración. Para los turistas, la experiencia de caminar largos trayectos por el hotel en busca de sus habitaciones o de la playa fue desalentadora, especialmente cuando esperaban una estancia cómoda y relajante.
Café Limitado y Servicios Cerrados
Un detalle que sorprendió negativamente a los huéspedes fue la falta de acceso a café en el hotel. Solo era posible conseguirlo en el lobby, un área descrita por los visitantes como “horrorosa” y desorganizada. La falta de señalización clara y la estructura laberíntica del hotel complicaron aún más la tarea de encontrar servicios básicos. Además, muchas de las áreas del hotel estaban cerradas, lo que contribuyó a una sensación de caos y desorganización general.
Indiferencia del Personal
Finalmente, el trato del personal no logró aliviar las tensiones de los huéspedes. Aunque algunos empleados mostraron amabilidad, la mayoría pareció indiferente ante las quejas y problemas que surgieron durante la estadía. Los turistas relataron cómo sus solicitudes eran ignoradas o tratadas con desdén, lo que generó una sensación de desamparo y frustración. Esto, combinado con la falta de soluciones rápidas, dejó a los viajeros profundamente decepcionados.
En resumen, la experiencia de estos turistas en el Meliá Las Dunas en Cayo Santa María estuvo muy lejos de cumplir sus expectativas. Las deficiencias en el servicio, la baja calidad de las instalaciones y la actitud indiferente del personal han provocado una ola de críticas que alertan a futuros viajeros sobre los problemas que podrían enfrentar. Si estás pensando en visitar este hotel, quizás quieras reconsiderar tu elección antes de vivir una experiencia similar.