En medio de las crecientes dificultades económicas en Cuba, una madre joven y su hija han sido vistas vendiendo en las calles de Camagüey, lo que ha conmovido a la comunidad local y refleja la dura realidad que enfrentan muchas familias en la isla. Este caso fue reportado por un ciudadano preocupado, quien envió un mensaje al medio CiberCuba para dar visibilidad a la situación de esta familia.
Según el mensaje enviado al medio, la situación es alarmante: “Mira, esto es en Camagüey, en La Vigía. La muchacha desde hace unos días vende en mi calle, pasan muchas necesidades. Están muy flacos los dos y no tienen casi ropa”, señaló el testimonio, poniendo en evidencia la extrema pobreza en la que viven. Este relato es solo uno de los muchos que reflejan las condiciones de vida insostenibles para miles de cubanos.
La realidad de las familias cubanas en la crisis
La imagen de una madre cubana junto a su hija vendiendo en las calles es una realidad cada vez más común en Cuba. Muchas familias, enfrentadas a una crisis económica sin precedentes, se ven obligadas a recurrir a la venta ambulante como única forma de obtener ingresos. La falta de empleo formal y la escasez de productos básicos empujan a estas personas a situaciones de desesperación, donde salir a la calle se convierte en la única opción para sobrevivir.
Un caso similar que ha ganado notoriedad en los últimos meses es el del pequeño Roelbis, un niño de Camagüey que se gana la vida vendiendo tamales. Su historia fue visibilizada por el periodista independiente José Luis Tan Estrada, quien compartió en redes sociales cómo Roelbis, montado en una bicicleta vieja, recorría las calles de su barrio vendiendo tamales para ayudar económicamente a su familia. El caso de Roelbis conmovió a muchos cubanos, tanto dentro como fuera de la isla, quienes han mostrado su apoyo.
Una crisis que golpea cada vez más fuerte
La situación de Roelbis y la madre que vende junto a su hija son solo ejemplos del panorama económico devastador que afecta a la población cubana. El creciente fenómeno de madres, niños y familias enteras buscando sustento en las calles refleja un problema de fondo mucho más grave: la incapacidad del sistema para proveer empleo y condiciones de vida dignas. Esto se agrava con la falta de alimentos y productos básicos, lo que deja a las familias sin opciones para salir adelante.
En agosto, el régimen cubano reconoció que el problema de niños trabajando en las calles está en aumento, especialmente en zonas como Cienfuegos. Sin embargo, en lugar de asumir la responsabilidad por la crisis social y económica que empuja a estos niños a trabajar, el gobierno ha culpado directamente a las familias. En una declaración publicada en el periódico oficialista 5 de Septiembre, la teniente coronel Marilín Cuellar Valdivia, Jefa del Órgano de Menores del Ministerio del Interior en Cienfuegos, señaló que “en la mayoría de los casos, es una actividad incitada por los propios familiares adultos, o al menos permitida por ellos”.
Un problema reconocido, pero sin solución a la vista
A pesar de que la ley cubana prohíbe el trabajo infantil y protege los derechos de los menores, según la Carta Magna y el Código de Trabajo, cada vez se reportan más casos de niños y adolescentes que trabajan en las calles. La situación refleja la profunda crisis socioeconómica en la que está inmersa la isla y pone en evidencia la falta de soluciones reales por parte del gobierno.
La historia de la madre cubana que vende junto a su hija en las calles de Camagüey es un ejemplo más de cómo la desesperación y la falta de recursos llevan a las familias a buscar cualquier medio para sobrevivir. Esta imagen es el reflejo del impacto directo de la crisis económica en la vida diaria de los cubanos, donde no solo los adultos, sino también los niños, se ven obligados a trabajar para sostener a sus familias.