La historia de Roelbis, el niño de Camagüey que vende tamales para ayudar a su familia, ha capturado el corazón de cubanos dentro y fuera de la isla, generando una ola de apoyo solidario. Su situación fue dada a conocer por el periodista independiente José Luis Tan Estrada, quien compartió la conmovedora historia de cómo el pequeño, a punto de cumplir 10 años el 13 de octubre, recorría las calles de su barrio en una bicicleta vieja para vender tamales y contribuir a la economía de su hogar.
Las imágenes y relatos sobre Roelbis, apodado cariñosamente «Titingo», han tenido un gran impacto en la comunidad. El niño vivía con su abuela Daisi en el barrio de Nuevo Salomé, en Camagüey. Daisi, una jubilada con una pensión limitada de apenas 1,600 pesos cubanos, se ha esforzado por darle a su nieto una educación adecuada, a pesar de las duras condiciones económicas. Sin embargo, Roelbis, sintiendo la presión económica, decidió ayudar vendiendo tamales, aunque su abuela no estaba de acuerdo con esta actividad.
La visibilidad que ha ganado la historia de Roelbis ha desencadenado una ola de apoyo, tanto a nivel local como internacional. Personas de diversos lugares se han unido para ofrecer donaciones y asegurar que el niño pueda disfrutar de su infancia sin la necesidad de trabajar. La activista Lara Croft también ha expresado su apoyo, destacando la importancia de ayudar a los menores en situación de vulnerabilidad en lugar de esperar a que las condiciones del país mejoren.
Gracias a la generosidad de la comunidad y a la visibilidad que ha recibido la historia, se ha logrado proporcionar asistencia para que Roelbis no tenga que continuar vendiendo tamales. Tan Estrada ha prometido trabajar para asegurar que «Titingo» tenga una infancia feliz y libre de preocupaciones económicas. La historia de Roelbis es un poderoso recordatorio de las dificultades que enfrentan muchos niños en Cuba y del impacto positivo que la solidaridad puede tener en sus vidas.