La reciente normativa publicada en la Gaceta Oficial de Cuba ha encendido una alarma entre los vendedores y usuarios del paquete, un compendio de contenidos audiovisuales que durante años ha servido como una alternativa a la escasa parrilla televisiva oficial. La nueva disposición prohíbe explícitamente la comercialización y distribución de contenidos como películas, documentales, series y novelas a través de soportes informáticos, lo que ha llevado a una serie de operativos y confiscaciones por parte de las autoridades.
Según una trabajadora por cuenta propia de Lawton, en el municipio habanero de Diez de Octubre, ya se han llevado a cabo las primeras confiscaciones. «A la persona que me vende la matriz, que luego yo copio y vendo a mis clientes, la Policía se le tiró y le quitaron discos duros, computadoras y todo lo que usaba para este negocio», relata. La reciente Gaceta Oficial, publicada el 19 de agosto, amplía las actividades económicas prohibidas y añade una lista de 125 actividades para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), cooperativas no agropecarias (CNA) y trabajadores por cuenta propia (TCP), entre las que se encuentra la distribución del paquete.
Marilyn, una clienta habitual de un local en Nuevo Vedado, expresó su preocupación por la pérdida de acceso a sus contenidos favoritos. “No sé qué me voy a hacer sin mi telenovela turca. Eso es lo único que me mantiene cuerda”, dice, reflejando el impacto emocional que esta prohibición podría tener en los usuarios.
El impacto de esta medida ha sido inmediato en la comunidad de vendedores del paquete. Rubén, un comerciante en La Timba, reporta que los inspectores han visitado varios vendedores y les han indicado que la actividad no está permitida. “Nos dijeron que no se podía seguir con esto. Que era una distorsión que había que corregir”, explica. A pesar de la prohibición, Rubén opina que el mercado se adaptará y que la demanda por entretenimiento continuará. “Esto lo único que hace es complicarnos la jugada. La gente va a seguir necesitando entretenerse”, añade.
Aunque el paquete ha sido una fuente de contenido censurado por la televisión nacional cubana, la medida parece estar dirigida a controlar la circulación de material crítico y sensible que se distribuye fuera del alcance oficial. A pesar de los intentos del gobierno cubano de controlar el flujo de información y entretenimiento a través de los Joven Club de computación, la oferta oficial ha tenido escaso impacto en comparación con la popularidad del paquete.
La nueva normativa enfrenta el desafío de ser implementada de manera efectiva. Mientras algunos comerciantes consideran que la medida es una reacción a la presión sobre los contenidos políticos y críticos, otros creen que la realidad podría superar esta nueva prohibición, como ha sucedido con regulaciones anteriores.