Un niño cubano de solo 10 años, montado en una bicicleta antigua que es casi tan grande como él, recorre las calles de Camagüey cada tarde vendiendo tamales para ganarse la vida. Este caso, denunciado por el periodista independiente José Luis Tan Estrada en su perfil de Facebook, pone de relieve la dura realidad que enfrentan muchos menores en Cuba, obligados a trabajar desde temprana edad debido a la crisis económica.
Tan Estrada describe al niño con detalles impactantes: “Los zapatos desgastados. La cara manchada del sol. Cuenta los billetes con tremenda agilidad y en sus ojos el reflejo de una infancia no feliz.” Esta publicación ha resonado fuertemente en las redes sociales, subrayando la severidad de la situación.
En su conversación con el periodista, el pequeño reveló: “Mi mamá se fue para Rusia, mi papá también se quiere ir. Vivo con mis abuelos y mi tío.” Su testimonio refleja la cruda realidad de la crisis migratoria y económica en Cuba, que ha dejado a muchos niños bajo el cuidado de sus abuelos en condiciones precarias.
El Aumento del Trabajo Infantil en Cuba
En lugar de disfrutar de su infancia, muchos niños cubanos se ven obligados a trabajar para ayudar a sus familias. Desde vender productos en las calles hasta hurgar en la basura o pedir limosnas, cada vez más menores se ven forzados a contribuir al sustento familiar en un país en crisis.
A pesar de que la ley cubana prohíbe el trabajo infantil y protege los derechos de los menores, la crisis económica ha hecho que estos derechos sean cada vez más vulnerados. Incluso la prensa oficialista ha tenido que reconocer la existencia de casos de trabajo infantil en el país.
En Santiago de Cuba, instituciones educativas como el IPU-Cuqui Bosch y la Secundaria Básica Espino Fernández han identificado menores que trabajan y faltan a clases para contribuir al sustento de sus hogares. Este problema refleja una crisis más amplia, donde la pobreza y la migración están dejando cicatrices profundas en las nuevas generaciones.
La Ausencia de Apoyo y el Incremento de la Pobreza Infantil
El régimen cubano no ha proporcionado apoyo económico efectivo a las familias vulnerables, lo que ha deteriorado aún más la calidad de vida de los niños. Este año, UNICEF ha señalado por primera vez que el 9% de los niños cubanos sufren pobreza alimentaria grave, consumiendo solo dos de los ocho alimentos necesarios para un crecimiento saludable.
La historia del niño de Camagüey es un doloroso recordatorio de las profundas dificultades que enfrentan muchas familias en Cuba, donde la falta de recursos y apoyo institucional está dejando a los más jóvenes cargando una carga que no deberían tener que llevar.