Iraisel Pintueles, viuda del reguetonero cubano El Dany, se ha convertido en el centro de un intenso debate tras compartir en Instagram un video en el que aparece comprando juguetes en una tienda privada de La Habana. Con más de 400 mil seguidores, su publicación no pasó desapercibida y rápidamente provocó una ola de críticas por parte de quienes consideran que su estilo de vida está desconectado de la realidad que viven la mayoría de los cubanos.
El video formaba parte de una campaña publicitaria de la tienda, lo que puso en evidencia una de las realidades más polémicas en la Cuba actual: el contraste entre las tiendas privadas, que están bien surtidas, y los comercios estatales, donde la escasez es la norma. La diferencia en el acceso a productos fue uno de los puntos más comentados por los usuarios de las redes sociales, quienes no tardaron en señalar la desigualdad que existe entre quienes pueden acceder a estos lujos y quienes no.
Mientras muchos criticaban a Iraisel por participar en una campaña de este tipo en un país afectado por una severa crisis económica, algunos de sus seguidores salieron en su defensa. Afirmaron que la influencer no es responsable de las dificultades que enfrenta la nación y que culparla es injusto. “No es su culpa que muchos no puedan acceder a estos productos”, comentó una usuaria, añadiendo que, aunque es hermoso lo que ofrecen las tiendas privadas, “la mayoría de los niños en Cuba no tienen acceso a estos artículos”.
Este tipo de situaciones refleja una creciente división social en Cuba, y el caso de Iraisel Pintueles no es único. Cada vez más influencers y personalidades públicas cubanas están colaborando con negocios privados para generar ingresos, una tendencia que, si bien es común en muchos países, adquiere un matiz especial en un contexto como el cubano, donde la mayoría de la población enfrenta serias dificultades económicas.
Uno de los comentarios más destacados sobre la publicación de Iraisel señalaba: “Así viven los influencers en Cuba, ajenos a la realidad de muchas familias”. Este tipo de reacciones ha sido frecuente en los últimos años, a medida que más figuras públicas han explorado el mundo del marketing digital y las colaboraciones con marcas. Sin embargo, estas colaboraciones suelen generar opiniones encontradas: algunos los ven como emprendedores que buscan adaptarse a nuevas formas de subsistencia, mientras que otros consideran que viven en una burbuja alejada de las dificultades cotidianas de los cubanos.
El video de Iraisel también abrió una discusión sobre el papel de las figuras públicas en una sociedad profundamente desigual. Mientras unos ven en ellos un ejemplo de éxito, otros critican su aparente desconexión con la realidad. “Bendita ella, que puede comprar gracias a la fortuna que heredó de su papá”, comentó un seguidor, refiriéndose a El Dany. Por otro lado, otro usuario lamentaba: “Muchos niños cubanos no pueden tener ni una pelota”.