Una tienda estatal cubana, de las conocidas como tiendas recaudadoras de divisas (TRD), ha sido puesta en evidencia en redes sociales tras ocultar mercancía para no venderla a la población. El incidente tuvo lugar el pasado sábado 31 de agosto en la TRD La Orquídea, ubicada en el edificio Doce Plantas del Sandino, en una zona concurrida de la capital villaclareña.
De acuerdo con el perfil de Facebook Inspección Villa Clara, los inspectores acudieron al establecimiento en respuesta a una queja de la población, que resultó ser fundada. “Se les había informado al público que el producto estaba agotado”, señalaron en el perfil.
Sin embargo, se descubrió que había 10 bicicletas Minerva 26 en el almacén, cada una con un precio de 31,000 pesos cubanos. Estas bicicletas estaban siendo retenidas sin una causa justificada para su venta, según indicaron las autoridades.
Como consecuencia, se impuso una multa de 8,000 pesos cubanos a los responsables, conforme al Decreto 30 del 2021. Además, se informó que las bicicletas fueron puestas “de inmediato a la venta” y que se enviará una solicitud para medidas disciplinarias adicionales.
En relación con los comercios estatales, el gobierno cubano no ha sido claro sobre las medidas específicas para prevenir la ocultación de mercancías en medio de la escasez generalizada. Sin embargo, ha intensificado las acciones contra los negocios privados en este ámbito.
El Ministro de Finanzas y Precios de Cuba, Vladimir Regueiro Ale, ha advertido a los propietarios de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que ocultar mercancía y no venderla es un “delito grave”. “En muchos casos, hemos tenido que ordenar las ventas forzosas de las mercancías”, declaró en un programa televisivo en el contexto de la Resolución 225, que establece un tope de precios para seis productos de primera necesidad en el país.
La crisis que enfrenta Cuba, atribuida a la incapacidad del gobierno para satisfacer las necesidades básicas de los ciudadanos, ha desencadenado un aumento en actos delictivos como la corrupción, el hurto y la violencia en la isla. La reciente acción en Santa Clara refleja la creciente preocupación por estas prácticas en medio de la crisis.
