La travesía marítima desde Cuba hacia Estados Unidos ha demostrado ser extremadamente peligrosa en 2024, con al menos 142 balseros confirmados muertos, según un informe reciente del Programa de Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Estos datos, citados por EFE, forman parte de un panorama más amplio que revela un total de 291 migrantes muertos o desaparecidos en las rutas marítimas del Caribe durante el año. Esto representa un aumento del 18% en comparación con los 247 casos reportados en todo 2023.
La ruta del Estrecho de Florida hacia Miami es la más mortal, con el mayor número de víctimas registradas. Le sigue la ruta desde la República Dominicana a Puerto Rico, que ha tenido 91 fallecidos. Otras rutas peligrosas incluyen el trayecto hacia las Islas Canarias, con 15 víctimas, y el trayecto de Haití a la República Dominicana, con una víctima, según la organización.
Edwin Viales, monitor regional para las Américas del Proyecto Migrantes Desaparecidos, advirtió recientemente sobre las difíciles condiciones naturales y climáticas en estas zonas, además de las desapariciones forzadas por traficantes, que contribuyen a que muchas embarcaciones desaparezcan sin dejar rastro. «El panorama no es alentador. Ahora más que nunca son necesarios todos los esfuerzos internacionales coordinados en el Caribe para salvar vidas», enfatizó Viales.
Viales también destacó que estas rutas no son exclusivas para migrantes latinoamericanos y caribeños. En agosto de este año, se encontraron los restos de 14 personas de Senegal y Mauritania en una embarcación artesanal en las costas de República Dominicana, indicando el uso transcontinental de estas rutas peligrosas. Casos similares han sido reportados en Brasil y otros países caribeños, con un preocupante aumento de naufragios transcontinentales.
Para abordar esta crisis, la OIM ha lanzado varias iniciativas. Entre ellas se incluye un proyecto del periódico cubano El Toque, que recopila información sobre muertos y desaparecidos; «La Ruta de la Vida» en República Dominicana, destinada a concienciar sobre los riesgos de las rutas irregulares; y un proyecto de la organización HIAS para apoyar a los países caribeños en la gestión de la migración.
La situación refleja la desesperación de miles de cubanos y otros migrantes que arriesgan sus vidas en busca de un futuro mejor. La continua llegada de migrantes cubanos a las costas estadounidenses demuestra que el flujo migratorio desde la isla no muestra señales de detenerse.
El lunes pasado, agentes de la CBP y la USCG rescataron a cinco inmigrantes cubanos que habían pasado siete días a la deriva al sureste de Port Everglades. Este grupo, que presentaba síntomas graves de deshidratación y agotamiento, fue parte de los 41 migrantes repatriados a Cuba la semana pasada.
Entre los incidentes más impactantes se encuentra el naufragio de una lancha en julio, en la que viajaban 11 personas desde Pinar del Río. Solo dos hombres sobrevivieron, mientras que se encontró el cuerpo de Ana Elis Gazquez Vargas, una joven de 20 años de Consolación del Sur.
En julio, un total de 15,645 cubanos ingresaron a Estados Unidos, según el último informe de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, con 4,918 de ellos llegando a Florida, en su mayoría por vía marítima.