En un contexto de crisis de transporte que afecta a toda Cuba, tanto medios de comunicación como usuarios en redes sociales han reportado una redada masiva contra los boteros, los conductores de taxis privados en La Habana. Esta acción se produce en un momento en el que el Estado no logra cubrir la alta demanda de movilidad, dejando a los ciudadanos con pocas alternativas para desplazarse.
Refuerzan Controles y Sanciones en Medio de la Escasez
Según un informe del medio independiente Martí Noticias, las autoridades de la capital cubana han intensificado los controles y las sanciones a los taxistas privados por supuestamente violar las tarifas oficiales. Esto ocurre en un contexto de escasez tanto de transporte como de combustible, lo que agrava aún más la situación para los conductores y los pasajeros. La medida ha generado críticas y resistencia entre los boteros, quienes consideran que la imposición de tarifas reguladas es insostenible dado el elevado costo de operar un vehículo en las actuales condiciones económicas.
Policía e Inspectores en la Calle: Una Vigilancia Constante
Las autoridades han incrementado la presencia de inspectores y policías en las calles de La Habana para garantizar el cumplimiento de las tarifas fijadas por el gobierno. Sin embargo, los boteros afirman que estos precios oficiales no reflejan la realidad de sus costos operativos. «Desde el jueves pasado, los inspectores están en todas partes, imponiendo multas que oscilan entre los 8,000 y 14,000 pesos», denunció Rafael Alba Macías, un taxista que trabaja en la piquera del parque El Curita, en Centro Habana. Alba Macías expresó su preocupación por la rentabilidad de su trabajo y la falta de consideración del gobierno hacia los altos precios del combustible y las piezas de repuesto.
La Realidad Detrás de las Tarifas Oficiales
En cuanto a las tarifas, las autoridades han establecido un precio de 150 pesos por el trayecto entre el parque El Curita y Boyeros. No obstante, en la práctica, los taxistas dividen el recorrido en tramos más cortos, cobrando aproximadamente 100 pesos por cada tramo. Esta segmentación del trayecto, aunque práctica para los choferes, eleva significativamente el costo total del viaje para los pasajeros, algo que ha causado controversia y que ha motivado la intervención de las autoridades.
Para el ciudadano común, la redada contra los boteros ha complicado aún más la situación del transporte en la ciudad. Las paradas de guaguas (autobuses) se encuentran abarrotadas de personas esperando una opción de movilidad, mientras que los choferes privados se muestran reticentes a recoger pasajeros si no es bajo las tarifas que consideran justas. Esta situación ha generado un ambiente de incertidumbre y tensión en las calles de La Habana, agravando la crisis de transporte que afecta a todo el país.
Hace apenas una semana, el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, reconoció públicamente el colapso del sector del transporte en Cuba durante los últimos meses. Según datos oficiales, entre enero y junio de 2024, el sistema de transporte público en Cuba trasladó a casi 50 millones de pasajeros menos en comparación con el mismo período del año anterior. Esta significativa disminución en la capacidad de transporte subraya la gravedad de la crisis y la necesidad de encontrar soluciones efectivas.