Freddy Torres Quiala, un joven oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba, ha lanzado una contundente denuncia en redes sociales, revelando los abusos y la corrupción que ha experimentado durante sus ocho años de servicio en la División de Tanques de Managua. Su valiente testimonio ha sacudido a la comunidad cubana, que sigue de cerca su situación.
En una transmisión en vivo desde su perfil de Facebook, Freddy expuso su desesperación y miedo ante la negativa de sus superiores de concederle la baja del ejército. A pesar de que una comisión médica ya había certificado su incapacidad para continuar sirviendo debido a un problema de salud, sus superiores han ignorado esta decisión. “Llevo cinco años pidiendo la baja, y nunca me han llevado a una comisión de cuadros. He reclamado a todos los niveles, incluso al Ministro de las Fuerzas Armadas, y aun así no me permiten salir”, declaró en su transmisión.
Las palabras de Freddy no solo reflejan su angustia personal, sino también las duras condiciones a las que muchos jóvenes cubanos se ven sometidos dentro de las fuerzas armadas. Según su testimonio, las solicitudes de baja han sido sistemáticamente ignoradas, obligándolo a permanecer en servicio en condiciones que ponen en riesgo su salud física y mental. Esta situación lo ha llevado a un punto de desesperación, temiendo por su bienestar y su futuro.
El joven oficial también mostró su preocupación por las posibles represalias que podría enfrentar por hacer pública su situación. “Sé que quieren enjuiciarme y meterme preso por exponer lo que estoy pasando. Este video va dedicado a mis familiares y amigos, para que sepan por lo que estoy pasando. No quiero ser militar, ya estoy cansado”, manifestó Freddy, evidenciando el temor a ser castigado por atreverse a alzar su voz contra la jerarquía militar.
A pesar de los riesgos, Torres Quiala se muestra decidido a luchar por sus derechos y a llevar su caso hasta las últimas instancias necesarias para conseguir justicia. Con cuatro años como cadete y otros cuatro como oficial, Freddy ha dejado claro que su prioridad es recuperar su libertad y vivir sin el peso de un uniforme que no desea portar. “Estoy dispuesto a llegar hasta donde haga falta para que se me haga justicia”, sentenció.
El valiente testimonio de Freddy ha resonado en las redes sociales, provocando una oleada de apoyo y solidaridad. Muchos cubanos se han volcado a expresar su respaldo y preocupación por la situación de Torres Quiala, al tiempo que temen por su seguridad y posible arresto debido a sus declaraciones públicas. Este caso pone de relieve los desafíos y obstáculos que enfrentan aquellos que deciden alzar la voz en contra de las injusticias en Cuba.