Conmocionados por el terrible crimen que ha sacudido a toda Cuba este fin de semana, los habitantes de Ceballos, en Ciego de Ávila, dieron el último adiós este domingo a las cuatro víctimas del asesinato: un niño, un adolescente y sus madres.
En videos compartidos en redes sociales, se puede observar el cortejo fúnebre que trasladó al cementerio local los cuerpos de Richard Dariel Núñez, de cuatro años; Lester Rivadeneira Rodríguez, de 17; Yamila Reyes Tamayo, de 29; y Raysa Rodríguez Pérez de Corcho, de 50, quienes fueron asesinados en la mañana del sábado durante un presunto intento de robo en una vivienda.
Residentes de la localidad se unieron a familiares, amigos y allegados de los fallecidos en la procesión funeraria que recorrió las calles de Ceballos.
Mientras tanto, este domingo, tres personas fueron detenidas por su supuesta participación en el múltiple asesinato, según reporta el diario independiente CubaNet. Los arrestados son los hermanos Luis Enrique y Leudys Romero Daudinot, junto a Esney Fonseca Sánchez.
Hasta el momento, las autoridades cubanas no han emitido una declaración oficial sobre los arrestos relacionados con este brutal crimen, que ha sumido en luto a dos familias y a toda la comunidad.
Los hechos ocurrieron en el barrio conocido como la “panadería vieja” de Ceballos, entre las seis y siete de la mañana del sábado. De acuerdo con un vecino que habló con CubaNet, los delincuentes se habían escondido en una casa abandonada frente a la vivienda de las víctimas, esperando a que el padre de la familia saliera a trabajar en su finca.
Una vez que el padre se había ido, los ladrones entraron en la casa con el presunto objetivo de robar el dinero obtenido de las ventas. En el hogar se encontraban la esposa del hombre y su hijo pequeño, quienes fueron apuñalados hasta la muerte por los atacantes.
Según testimonios de familiares, al escuchar los gritos de auxilio de la madre y el niño, una vecina y su hijo adolescente acudieron al lugar, pero también fueron asesinados.
El crimen ha generado una ola de indignación y repudio en la localidad y en toda Cuba, donde se vive un creciente temor por el aumento de la violencia y la aparente ineficacia de las autoridades para controlar la situación.