El Tribunal Provincial de Sancti Spíritus ha condenado a 18 años de prisión a un hombre de 55 años portador del VIH por abusar sexualmente de un menor con discapacidad psíquica.
El condenado, quien sabía que tenía síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), cometió el abuso sin usar protección en varias ocasiones. Según el periódico Escambray, el incidente ocurrió el año pasado en la casa de una amiga de la madre del adolescente, donde el menor, con un nivel de funcionamiento psíquico defectual, solía quedarse a dormir los fines de semana.
El atacante, un hermano soltero de la mujer, aprovechó su cercanía y sedujo al niño con tratamientos lascivos, realizando el abuso sin que el resto de la familia se diera cuenta. La víctima, que asiste a un centro de enseñanza especial, comenzó a mostrar signos de retraimiento. Fue a través de las maestras, quienes notaron su comportamiento alterado, que se descubrió la situación. Las profesoras y la madre del menor denunciaron el caso a la Policía.
El acusado, que no tenía antecedentes penales, fue juzgado por corrupción de menores, de acuerdo con el artículo 402, apartados 1 y 2, inciso (e), del Código Penal. A pesar de apelar la sentencia, el Tribunal Supremo Popular ratificó la condena impuesta por el Tribunal Provincial.
Escambray subraya que este caso no es aislado en el tribunal de Sancti Spíritus. Se ha señalado que, a menudo, la confianza excesiva y la ingenuidad de los familiares contribuyen a que estos delitos se produzcan. «Tales hechos tienen como denominador común el exceso de confianza y la ingenuidad de los familiares, que no advierten los peligros de algunas relaciones de los menores con adultos e, incluso, con otros niños mayores», destaca el informe.