En un contexto marcado por la profunda crisis económica y alimentaria que atraviesa Cuba, la prensa oficialista consideró oportuna publicar un artículo destacando el «alto potencial nutritivo» de la mosca soldado negra y su uso como fuente de proteína en la acuicultura.
Un reportaje publicado en Juventud Rebelde presentó a la mosca soldado negra como una solución prometedora para la producción de alimentos en la isla, en una reedición del surrealismo informativo capaz de alabar las virtudes de la «leche de cucaracha».
Mientras la mayoría de los cubanos lucha a diario para poner un plato de comida en la mesa, los medios del régimen nos hablan de las supuestas bondades nutritivas de este insecto, elogiando su potencial en la acuicultura y otras aplicaciones. «Un insecto que seduce» ponen en el titular.
Sin mencionar la escasez de alimentos básicos, la falta de insumos agrícolas y la incapacidad del gobierno para implementar políticas eficaces que resuelvan la crisis alimentaria que afecta a millones de cubanos, la maquinaria propagandística del régimen totalitario puso en valor la experiencia de dos emprendedores cubanos que pretenden abrirse camino como criadores de la mosca soldado negra
El artículo refiere con entusiasmo que un gramo de huevos de esta mosca puede producir hasta cuatro kilogramos de larvas, exaltando su contenido proteico del 38 al 46 por ciento, ideal para la alimentación animal, en especial de peces.
Resulta alarmante que los propagandistas de Palacio intenten presentar a la mosca soldado negra como una solución viable en un país donde ni siquiera los planes gubernamentales para la acuicultura han fructificado.
Más que alarmante, resulta ofensivo que se hable de crianza de larvas de mosca en un país donde los recursos tecnológicos y materiales son escasos, y donde la falta de infraestructura adecuada impide que proyectos como estos se desarrollen a gran escala.
Pero más que ofensivo, resulta doloroso que la prensa oficialista intente desviar la atención hacia iniciativas tan cuestionables como la crianza de moscas para consumo animal, en vez de abordar la crisis humanitaria que ha estallado por la ineficacia del gobierno, y criticar a este por su incapacidad para garantizar el acceso de la población a alimentos básicos.
Mientras se alaban las virtudes de la mosca soldado negra, los problemas estructurales que subyacen en la crisis alimentaria cubana siguen sin abordarse de manera efectiva.
La falta de un plan realista y sostenible para aumentar la producción de alimentos en la isla se ve agravada por una propaganda oficial que prefiere enfocarse en iniciativas exóticas antes que en las verdaderas soluciones económicas que los cubanos necesitan con urgencia.
