A poco más de un mes desde la implementación de la Resolución 225, que establece un tope en los precios de productos básicos, el Gobierno ha admitido dificultades significativas en las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), especialmente en cuanto a la disponibilidad de pollo.
La resolución, cuyo objetivo es contener la inflación y aliviar la carga económica sobre la población, ha provocado una notable escasez de pollo en los mercados de Santiago de Cuba, según informó el periódico oficialista Sierra Maestra. Este producto, que forma parte de los seis productos básicos afectados por la medida, ha desaparecido de los puntos de venta en la provincia, impactando tanto a consumidores como a comerciantes.
El Ministerio de Finanzas y Precios (MFP) había anunciado que la resolución buscaba reducir temporalmente los precios de productos de alta demanda popular –como el pollo troceado, aceite, leche en polvo, pastas alimenticias y salchichas– con el fin de frenar la inflación y proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos. Sin embargo, la implementación ha generado problemas inesperados.
Yanet Aniuska Vichot González, coordinadora de Programas y Objetivos para atender la Economía en Santiago de Cuba, explicó que, aunque ningún negocio ha sido cerrado en la provincia, el control de las violaciones al tope de precios es intensivo. “El enfrentamiento a las violaciones del tope de precios es diario y se lleva a cabo con la intensidad que exigen las circunstancias”, aseguró.
El Gobierno ha reconocido que las principales violaciones a la resolución se han presentado en la venta de pollo y leche, productos que han acumulado la mayoría de las incidencias. Varios comerciantes y dueños de MIPYMES han señalado que la falta de diferenciación en los precios según las variedades de productos ha llevado a la retirada de ciertos artículos del mercado.
Además, han solicitado un mayor apoyo en la importación y transporte de mercancías para cumplir con la normativa de los nuevos precios sin afectar la disponibilidad de productos. La situación se ha complicado tras el tope de precios, y muchos propietarios de MIPYMES han comenzado a ocultar la mercancía en protesta. En respuesta, el régimen cubano ha intensificado las inspecciones a los negocios para asegurar el cumplimiento de la resolución.
Este contexto refleja las dificultades de ajustar las políticas económicas a las realidades del mercado, y la necesidad de un equilibrio entre el control de precios y la sostenibilidad del suministro.