El fiscal federal Roger B. Handberg emitió un comunicado en el que confirmó que Mirtza Ocaña, una ciudadana cubana de 39 años residente en Tampa, condado de Hillsborough, se declaró culpable este jueves de contrabandear más de 100,000 dólares a Estados Unidos y de conspirar para realizar dicho contrabando.
Con su declaración de culpabilidad, Ocaña podría enfrentar una condena máxima de cinco años en prisión federal. Aún no se ha fijado una fecha para su sentencia.
Según documentos judiciales, Ocaña regresó a Estados Unidos el 5 de febrero de 2024 en un vuelo procedente de Cuba. Durante una inspección por parte de agentes de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, Ocaña declaró que no llevaba dinero en efectivo. No obstante, los agentes encontraron inicialmente más de 31,000 dólares ocultos en su equipaje.
En una búsqueda adicional, los agentes hallaron otros 71,300 dólares escondidos en la ropa de Ocaña, elevando el total a aproximadamente 102,700 dólares en efectivo escondidos entre su vestimenta y su equipaje. Tras el hallazgo, Ocaña confesó que había estado contrabandeando dinero de Cuba a Estados Unidos de manera habitual durante varios meses. Indicó que realizaba estas actividades ilícitas entre dos y tres veces al mes y, al revisar sus viajes, se descubrió que había visitado Cuba 45 veces desde mayo de 2023.
Ocaña recibía entre 1,000 y 2,500 dólares en cada uno de sus viajes.
El caso está siendo investigado por Investigaciones de Seguridad Nacional y es procesado por el fiscal federal adjunto Michael J. Buchanan.
En junio, el abogado de Ocaña, Juan C. Mercado, desmintió cualquier vínculo con Alejandro Gil Fernández, el exministro de Economía y Planificación de Cuba, que fue destituido y acusado de corrupción. Mercado declaró al periodista Wilfredo Cancio Isla que “no hay nada, absolutamente nada sobre eso. Este caso no tiene que ver con ningún funcionario del gobierno cubano, ni con el señor Gil ni con nadie”. El abogado calificó de “absurdo” cualquier sugerencia de conexión con Gil, argumentando que “lo que sucede es que el escándalo es más atractivo”.
Ocaña enfrenta cargos de contrabando de efectivo y conspiración con una persona no identificada para transportar, transferir e introducir dinero ilegalmente en Estados Unidos. Los viajeros pueden ingresar al país con cualquier cantidad de dinero, cheques, letras de cambio, acciones o bonos, pero deben declarar si llevan más de 10,000 dólares en total. Esta regulación tiene como objetivo prevenir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. Cuando se declara una cantidad superior a 10,000 dólares, las autoridades pueden investigar el origen y el propósito del dinero para garantizar que no esté vinculado a actividades ilícitas.
